Redacción Ciencia – Las observaciones de la misión Solar Orbiter, dirigida por la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés), ha dividido el torrente de partículas energéticas que el Sol lanza al espacio en dos grupos, atribuyendo cada uno de ellos a un tipo diferente de erupción en la estrella.
El Sol es el acelerador de partículas más energético del Sistema Solar. Acelera los electrones casi a la velocidad de la luz y los lanza al espacio, inundando el Sistema Solar con los llamados “electrones energéticos solares”.
Ahora, los investigadores han recurrido a la misión Solar Orbiter, desarrollada por la ESA en colaboración con NASA para el estudio del Sol y la actividad magnética en la heliosfera, para entender el origen de estos electrones energéticos solares.
En un artículo recogido este lunes en la revista Astronomy & Astrophysics, describen cómo han encontrado dos tipos de electrones solares muy distintos: uno relacionado con erupciones solares muy rápidas e intensas, y otro con erupciones más prolongadas de grandes cantidades de gas caliente de la atmósfera solar.
“Vemos una clara división entre los eventos de partículas ‘impulsivas’, en los que estos electrones energéticos salen disparados en ráfagas de la superficie del Sol a través de erupciones solares, y otros graduales, que liberan una mayor cantidad de partículas durante períodos de tiempo más largos”, señala uno de los autores, el astrofísico Alexander Warmuth, del Instituto Leibniz de Potsdam (AIP), Alemania.
Una conexión más clara
Aunque los científicos ya sabían que existían estos dos tipos de eventos, ha sido la precisión de los instrumentos del Solar Orbiter lo que ha permitido identificar cómo se forman estos neutrones y abandonan la superficie del Sol para viajar por el espacio.
“Al acercarnos tanto al Sol, pudimos medir las partículas en un estado temprano prístino y, así, determinar con precisión el momento y el lugar en que se originaron”, añade Alexander.
El espacio entre el Sol y los planetas del Sistema Solar no está vacío. Un viento de partículas cargadas fluye constantemente desde el Sol, arrastrando consigo el campo magnético solar. Este llena el espacio e influye en el modo en que viajan los electrones energéticos: en lugar de poder ir donde quieran, quedan confinados, dispersos y perturbados por este viento y su magnetismo.
Entender mejor esas dinámicas, como hace este estudio, «es crucial» para la comprensión del clima espacial, donde la precisión de las previsiones es esencial para mantener nuestras espaciales operativas y seguras, entre otros.
El estudio cumple, según la ESA, un objetivo importante del Solar Orbiter: monitorizar continuamente el Sol y su entorno para rastrear cómo se forman y viajan las partículas que expulsa la estrella. EFE