«Aunque el descenso en julio son buenas noticias y refleja una tendencia positiva que esperamos continúe, las cifras actuales son todavía mayores que el número de aprensiones de niños en los pasados años», afirmó Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional.
Desde octubre, casi 63,000 niños, la mayoría procedente de Honduras, El Salvador y Guatemala, han sido detenidos tratando de cruzar en solitario a EEUU lo que ha generado una crisis humanitaria sin precedentes en la frontera sur que ha sobrepasado la capacidad de gestión por parte de las agencias federales.
En marzo la cifra fue de 7,176, en abril de 7,702, en mayo de 10,579 y en junio 10,628, de acuerdo a los datos de la DHS.
Johnson reiteró el mensaje por parte del Gobierno de EEUU de que «nuestra frontera no está abierta para la migración ilegal»
«A menos que califiquen para algún tipo de ayuda humanitaria, los enviaremos de vuelta de acuerdo con nuestra leyes y valores», agregó.
El presidente Barack Obama solicitó al Congreso 3,700 millones de dólares en fondos especiales para hacer frente a la situación, pero los legisladores no lograron alcanzar un acuerdo y se fueron de receso estival sin aprobar financiación.
Debido a la falta de fondos, Johnson indicó que «no le ha quedado más remedio que reprogramas dinero destinado a otras misiones de seguridad doméstica» y ya ordenado emplear 405 millones de dólares para hacer frente a la situación en el valle de Rio Grande, en la parte sur de Texas.