Miami (EEUU) – El centro de detención Deportation Depot cumple este jueves un mes de abrir en Florida, donde Alligator Alcatraz suma tres meses de operación, con lo que se afianzan como el modelo floridano de retención de migrantes para el resto de Estados Unidos, entre acusaciones de opacidad, «crueldad» y marketing.
Deportation Depot, en el norte de Florida, recibe migrantes desde el 2 de septiembre, pero grupos civiles denuncian que no hay un listado oficial de detenidos, aunque estiman que hay cerca de cuatrocientos, según ha expuesto Thomas Kennedy, consultor político de la Coalición de Inmigrantes de Florida (FLIC, en inglés), en sus redes sociales.
En tanto, Alligator Alcatraz recibe inmigrantes desde el 2 de julio en la zona natural de los Everglades del sur del estado, donde el Miami Herald reportó que cerca de 1,200 migrantes, dos tercios de los 1,800 detenidos en julio, han «desaparecido» de la base de datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Otros estados han seguido el ejemplo desde que el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, abrió estos centros, como el Speedway Slammer en Indiana, el Lonestar Lockup de Texas, y el Cornhusker Clink en Nebraska.
María García, organizadora de la Jacksonville Immigrant Rights Alliance (JIRA), que realiza protestas contra Deportation Depot, al que llama el «campamento de crueldad», expuso a EFE que las autoridades han «dicho en un lenguaje muy claro que expandirán estos sitios a través del estado».
«Ellos listaron un montón de nombres de sitios con esos sobrenombres realmente ignorantes que les dan como un extraño esquema de marketing», indicó García en una entrevista telefónica.
De hecho, el Partido Republicano de Florida ha causado controversia por vender mercancías de Alligator Alcatraz y Deportation Depot, aunque retiró las de esta última tras una queja de la cadena de tiendas para el hogar Home Depot, que se deslindó del sitio.
«Crueldad» y «drama humano»
En Deportation Depot -que abrió con una capacidad para hasta dos mil personas, en una cárcel abandonada del condado de Baker, al oeste de Jacksonville»- JIRA ha recibido denuncias sobre la falta de atención médica, condiciones insalubres -como la presencia de moho- y reportes de que el agua es «prácticamente imbebible».
«Es un centro construido precipitadamente y pobremente manejado para castigar a inmigrantes y tratarlos como menos que humanos. La mayoría de ellos ni siquiera han cometido crímenes. Inmigración es un asunto civil. Así que es inaceptable que traten así a cualquier humano», expresó García.
En tanto, el Consulado de México en Orlando reportó 176 mexicanos detenidos y un «drama humano» tras recorrer la semana pasada el Deportation Depot, donde señaló que todos los arrestos los realizaron autoridades locales de Florida por conducir sin licencia estatal o ir como pasajeros sin documentos migratorios.
«Es un verdadero drama humano el que vimos ahí, familias divididas, trabajadores que están dedicados a eso, a trabajar, pero que son de manera arbitraria levantados en la carretera, no nada más por conducir sin una licencia válida, sino por ser pasajeros», comentó entonces el cónsul de Asuntos Políticos, Iván Pliego.
Florida defiende su esquema
Pese a las denuncias, el gobernador DeSantis ha defendido el esquema y el uso de recursos en estos centros de detención, al adelantar la semana pasada la próxima apertura de uno nuevo, llamado Panhandle Pokey, en el noroeste del estado.
«Otros estados, pienso, podrían aprender un montón de lo que Florida ha hecho», expresó el mandatario estatal en un evento el viernes pasado, cuando el ICE anunció que otorgaría 28,5 millones de dólares a autoridades estatales y más de diez millones de dólares a agentes locales por su trabajo migratorio.
Además, el Gobierno de DeSantis consiguió que el Undécimo Circuito de la Corte Federal de Apelaciones bloqueara, el pasado 4 de septiembre, el fallo de una jueza que ordenaba desmantelar Alligator Alcatraz a más tardar en octubre.
Pero JIRA y organizaciones ambientales, como Friends of the Everglades, avisan que su lucha no se detendrá.
«No encuentro palabras lo suficientemente fuertes para condenar el desperdicio de recursos floridanos para castigar, deshumanizar y esencialmente torturas a seres humanos inocentes», manifestó García. EFE