Barcelona – Tanto Maha Altaher como Mahmoud Khdair, ambos gazatíes con hijos con cáncer, tomaron la difícil decisión de dejar atrás a sus cónyuges y al resto de sus hijos para salir de Gaza y buscar un hospital sin bombardeos en el que pudieran salvarles la vida.
Las autoridades no les permitieron salir con toda la familia por el complicado paso de Rafah (entre Egipto y Gaza), obligándoles a romper sus familias en dos, sin saber si podrán volver a reencontrarse algún día (Mahmoud tiene otra hija de 3 años y Maha otros dos de 8 y 9).
Desde abril se encuentran en Barcelona, donde los pequeños, que apenas rondan los dos años, son atendidos en el hospital Sant Joan de Deu, especializado en oncología infantil, tal y como explicaron en una entrevista con EFE.
Maha: «Vivo entre dos guerras»
«Vivo entre dos guerras: la que libro aquí con el cáncer de mi hijo y la que pasa en Gaza, con las bombas y el hambre que atemorizan a mi marido y mis otros hijos. Las dos implican posibilidad de muerte», cuenta Maha, quien explica que desde que nació solo ha conocido guerras, si bien «ninguna comparable» a la actual.
Desde el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamás atentaron contra Israel, este país ha lanzado una ofensiva contra la Franja de Gaza, controlada por Hamás, que ha causado hasta el momento más de 55.362 muertos y 128.741 heridos, según el ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, además de una escasez total de alimentos y una destrucción masiva del territorio.
Maha explica que pese a lo duro de vivir con la intranquilidad de no saber durante días de su familia, sabe que tomó «la decisión correcta» para salvar a su hijo. «Ahí podía morir no solo del tumor, también de las bombas. Allí solo le esperaba muerte», dice.
La ONG Accem les acompaña en España, a donde llegaron evacuados desde El Cairo 13 niños con 23 familiares en una operación en la que participaron el Gobierno de España, a través de varios de sus ministerios, la Comisión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Antes teníamos una vida normal. Nada extraordinario, pero feliz», señala y confía en no tener que volver al centro de tanto horror por la guerra «nunca más».
«Espero que mis otros hijos puedan venir con mi esposo. En España, es la primera vez que siento lo que es la seguridad y un posible futuro para nosotros», confiesa.
Esos son también los planes de Mahmoud, quien a la preocupación de su mujer e hija en Gaza, suma a sus padres, ya mayores, y de los que él era el principal cuidador hasta marcharse.
Su hijo Hassan está siendo atendido de un cáncer en el ojo del que fueron conscientes después de que un bombardeo le alcanzara la cara siendo apenas un bebé.
Mahmoud: «Mi hijo abraza la foto de su madre en el móvil»
Abogado de profesión, pasó ese inicio de la enfermedad del pequeño viviendo de campo en campo, en tiendas de campaña. «Teníamos una vida estable. Luego todo se destruyó. En Gaza, se vive un sufrimiento indescriptible», afirma.
Relata que su hijo mejoró físicamente pero echa mucho de menos a su madre. «No la ha vuelto a ver. Grita ‘mamá’ todo el día y si ve su foto en el móvil, la abraza», explica.
Al mismo tiempo, añade, su otra hija pide desde Gaza ver a su hermano y a su padre y no entiende qué ocurre. «Ella piensa que la he abandonado. Es muy duro», añade.
Según UNICEF, desde el comienzo de su ofensiva militar, Israel ha matado a más de 15.000 niños en Gaza. JS