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Dallas honra al presidente Kennedy como motor del progreso en EE.UU.

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Dallas (EE.UU.)- Miles de personas recordaron hoy en Dallas al presidente estadounidense John F. Kennedy con un emotivo silencio en el mismo lugar y hora en el que fue asesinado medio siglo atrás, y lo presentaron como un mandatario clave para el progreso del país.
 

Cuando hace justo 50 años el presidente Kennedy aterrizó en Dallas y recorrió la ciudad, el tiempo plomizo y encapotado de primera hora había desaparecido y las calles llenas de gente que lo recibía se llenaron de luz. «Es el tiempo Kennedy», dijo entonces un asesor.

Hoy, cincuenta noviembres después y recordando la ausencia de Kennedy, Dallas se mantuvo fría y lluviosa, y miles de personas le dedicaron un minuto de silencio en esa misma plaza Dealey donde el presidente recibió los disparos que le causarían la muerte.

Los ciudadanos bajaron hoy sus cabezas en silencio, las campanas de la ciudad repicaron y el himno nacional sonó. El reloj marcaba esa hora cuando la limusina descapotable de Kennedy, de camino a un multitudinario almuerzo en Dallas, giró hacia la plaza Dealey.

El acto, austero y sin presencia de dirigentes federales, se centró en el legado de JFK, a quien presentaron como un presidente que trabajó por el progreso, que fortaleció la figura del país en el exterior y que no es comparable con ningún otro mandatario.

«Tenía la ambición de hacer un mundo mejor, y así lo hicimos», dijo el historiador David McCullough, quien tuvo el mayor peso en el acto y leyó extractos de los discursos más memorables de Kennedy.

McCullough presentó a Kennedy como un presidente excepcional: «Él sabía que las palabras importan. Sus palabras cambiaron vidas. Sus palabras cambiaron la historia».

«Y rara vez un comandante en jefe (de un país) se ha dirigido a la nación con tal dominio del lenguaje», apuntilló.

Por su parte, el alcalde de Dallas, Mike Rawlings, que quiso acabar con la imagen radical y extremista que los años sesenta dieron a la ciudad, recordó: «Parece que todos crecimos ese día, la ciudad y los ciudadanos, y de repente tuvimos que avanzar y tratar de vivir de acuerdo con las visiones de nuestro querido presidente».

Rawlings subrayó que «el pasado está en el pasado» y presentó la tragedia de 1963 como una pieza clave que ayudó a «mejorar la esencia de la ciudad».

«La gente de Dallas honoramos, pero no vivimos en el pasado», sentenció. «Nos situaremos en el futuro con el mismo vigor, optimismo y sentido de la belleza que el mismo presidente».

Durante el acto, que duró tres cuartos de hora, la Naval Academy Men’s Glee Club interpretó piezas patrióticas, pero el mal tiempo impidió que los aviones militares que debían hacer una exhibición aérea sobrevolaran una plaza llena de plásticos para refugiarse de la lluvia y gorros contra el frío.

Se presentó un nuevo monumento en honor al presidente, con una inscripción del discurso que nunca llegó a dar en el Dallas Trade Mart, hacia donde se dirigía en comitiva ese trágico 22 de noviembre de 1963.

«Marcó el principio de la lucha para que haya igualdad con los hispanos y entre todas la razas», destacó a Efe uno de los asistentes, Eduardo González, cuyos abuelos emigraron de México a EE.UU. «Y con mucho orgullo, también quiero decir que Kennedy era católico, el primer presidente católico».

Orlando McDaniel, que tenía tres años en 1963, recordó: «Como minoría, esos años fueron claves y los afroamericanos conseguimos muchos pasos hacia delante, pero estoy impresionado de que en 2013 sigamos necesitando tanta seguridad en actos como este».

Estados Unidos estaba pendiente hoy de esta «reconciliación» de Dallas con la figura de Kennedy, y las banderas de los edificios federales y estatales ondearon a media asta.

En el área de Boston, de donde era originario Kennedy, también se rindió homenaje al mandatario con varias concentraciones en iglesias, museos y otras instituciones.

En Boston, en la librería presidencial, se desveló hoy una exposición de objetos vinculados a Kennedy que ven la luz por primera vez, como la bandera estadounidense que cubrió el ataúd del mandatario o un gorro que dejó sobre él un militar.

En un acto privado en la Casa Blanca, el presidente de EE.UU., Barack Obama, mantuvo una videoconferencia con voluntarios en Tanzania del Cuerpo de Paz estadounidense, cuya creación se atribuye a Kennedy.

Ya el pasado miércoles el presidente Obama, su esposa Michelle, y el expresidente Bill Clinton y su esposa y ex secretaria de Estado, Hillary, homenajearon al asesinado mandatario con una visita a su tumba en el cementerio nacional de Arlington, a las afueras de la capital.

Kennedy murió antes de acabar su primer mandato, a los 46 años, siendo el presidente estadounidense más joven en morir y el cuarto en ser asesinado en la historia del país.

Es considerado por los estadounidenses, de acuerdo con varias encuestas, el mejor presidente de la historia del país.

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