Criando con amor, una apuesta al futuro

Especial Proceso Digital

Tegucigalpa – Las indígenas lencas de 60 poblados de Lempira, Intibucá y La Paz han encontrado una ruta que les orilla a desarrollar su sensibilidad para volcarla en sus hijos desde antes de que nazcan.

–  Los niveles de exclusión y pobreza extrema son aliviados por la administración del presidente Hernández con estrategias dirigidas a las madres y en general a las mujeres de Honduras a través de programas como Mejores Familias, Criando con Amor y Ciudad Mujer

–  Las madres hondureñas enfrentan los retos de la pobreza cada día, la profunda brecha les coloca en posiciones vulnerables ante la falta de autonomía física, económica, violencia intrafamiliar, ausencia de salud reproductiva, desnutrición y un sinfín de agravantes.

Las lencas son mujeres calladas, trabajadoras, apegadas a la tierra y de ella sacan el fruto de su sustento, contribuyen en la siembra de granos y de papas; aman los tejidos y sus colores, hacen maravillosas piezas de hilo y lana que encantan extrafronteras; son devotas católicas y por eso acuden a la misa de las seis de la mañana cada domingo a los templos más cercanos, son calladas, viven en entorno minados por el saqueo ambiental y la exclusión que les ha marcado por siglos.

Esa brecha les ha privado de la educación y la salud, dos componentes básicos para fortalecer sus familias y especialmente la relación con sus hijos quienes más allá del pan demandan una integral atención.

En ese contexto y con el objetivo de fortalecer los lazos familiares y el respeto a los derechos de la primera infancia, la primera dama Ana García de Hernández, apoyada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), inició a mediados de 2015 la estrategia nacional «Criando con amor», que ya es una realidad en 60 comunidades occidentales del país, habitadas especialmente por lencas.

Se trata de la estrategia  «Criando con amor», un programa diseñado mediante una metodología comunitaria, centrada en la comunicación como factor esencial que permite a las mujeres conocer como rodear a sus hijos de cuidados desde que están en el vientre de tal forma que estén colmados de la educación y las capacidades para enfrentar las vicisitudes.

Por ello, al hablar del día de las madres, la primera dama se refiere con especial detalle a “Criando con Amor” e indica que la idea es buscar empoderar a las mujeres de lo fundamental mediante piezas comunicacionales para asegurar el cambio de comportamiento a nivel de familia, comunidad y centros educativos de las regionales con mayor vulnerabilidad por problemas de salud, agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria y nutricional, educación prebásica, recreación y formación de valores.El programa se enmarca en la política e inversión en la primera infancia como prioridad de la administración de Juan Orlando Hernández para garantizar un buen ciclo de vida desde el embarazo y el inicio de la educación básica en menores de edad a nivel nacional, aunque por ahora la acción se centra en poblados del llamado “corredor seco” hondureño.

Ana García de Hernández detalló que ya se prevé extender el programa a Ocotepeque, Copán y Santa Bárbara, otros departamentos de gran riqueza étnica y tradición cultural, aunque todos ellos afectados por la pobreza. En esta región habitan chorties, lencas y mestizos.

Ocotepeque es un departamento fronterizo donde el movimiento aduanero es activo, allí la pobreza campea, la violencia y  la trata humana le colocan en una vulnerabilidad extrema.  Copán vive del cultivo de cafés de alta calidad y especialmente del turismo porque en él están ubicadas las ruinas mayas más importantes de la región. Su riqueza arqueológica y antropológica, su apuesta gastronómica criolla y su historia contrastan con niveles de marginalidad ancestral.

En tanto Santa Bárbara, es uno de los departamentos afectados por el desempleo y los efectos del cambio climático. Sus tradicionales siembras de café han disminuido y  las organizaciones cafetaleras no parecen interesadas en apoyar a los pequeños productores, propietarios en su mayoría de parcelas menores a las 10 manzanas, lo que causa un efecto más dañino a las economías domésticas. De las comunidades de Santa Bárbara se desprende una creciente migración hacia los Estados Unidos en el caso de los hombres y las mujeres hacia España.

Por ello la primera dama ha dado prioridad a la atención de esta región e indica que los cambios en ella deben venir desde la raíz. En ese contexto, la primera fase de la estrategia contempló una meta de 90 mil infantes.

“Es una ruta integral, cuidar al niño desde el vientre con por lo menos cinco visitas de control durante el embarazo; luego tener un parto seguro en un centro de salud, orientarles en la lactancia materna que debe ser exclusiva durante los primeros seis meses, los controles sanitarios del niño, de la madre, la estimulación temprana hasta que llegan a la educación prebásica…es realmente maravilloso visitar a estas mujeres y sus hogares porque también los padres son parte del programa y ver los cambios que ya son palpables” dijo Ana García de Hernández.

En Honduras, de acuerdo con cifras oficiales, los niños en edades entre 0 y 6 años representan el 28.3 por ciento de la población de Honduras, lo que viene a ser alrededor de un millón 300 mil.

Igualmente, los datos oficiales indican que el 72 por ciento de las causas de muerte infantil son prevenibles en Honduras, un país donde el 22.6 por ciento de los niños sufren desnutrición crónica y el 15 por ciento no cuentan con el esquema completo de vacunación.

Se sabe que la educación preescolar en el país no cubre ni la mitad de los menores que deben recibirla, de acuerdo con informes gubernamentales, – ante ello, –  la primera dama externa la importancia de Criando con Amor ya que en su opinión “una salud deficiente, una mala alimentación y falta de estímulos muchos niños y niñas comienzan tarde su educación o nunca llegan a la escuela” lo que solo hace reproducir el anillo de la pobreza.

Ana García detalló que la estrategia Criando con Amor permite invertir en los primeros años de vida para generar oportunidades que contribuyan a superar los retos en miles de familias hondureñas vinculados a la pobreza extrema, la violencia, la deserción escolar y el desempleo.

Para ella, la influencia de Criando con Amor, aplicada en la primera infancia, es palpable en el intelecto de los niños, en su carácter y en su personalidad.