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Crece sentimiento antiinmigrante en EEUU

Tegucigalpa – La ansiada reforma migratoria, que desean unos 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, se pone cuesta arriba con las medidas que adoptan los estados fronterizos con México y el ambiente negativo que existe en el Congreso.
 

* Arizona aprobó una ley que declara criminal a todo indocumentado

* La prometida reforma migratoria que favorece a los hispanos, se encuentra estancado y sin visos de salir adelante

* La prioridad de Barack Obama es su reforma financiera y no destina esfuerzos en favorecer a los inmigrantes hispanos

La gobernadora republicana de Arizona, Jan Brewer, sancionó la tarde del viernes una ley aprobada por el congreso estatal y en la cual oficializa la criminalización de los inmigrantes ilegales.

La legislación le da poder a las agencias policiales a detener las personas por su aspecto racial y confirmar su estatus migratoria, algo que estaba prohibido anteriormente.

La ley fue rechazada inmediatamente por el presidente Barack Obama, que previamente la llamó «irresponsable», aduciendo que violaría los derechos civiles.

Asimismo, adelantó que pedirá al departamento de Justicia (Fiscalía General) para que investigue si la ley estatal de Arizona es legal, según las leyes federales estadounidense.

Previo a la sanción a la ley, el senador federal por Arizona, John McCain, había pedido que unos 5,000 militares fueran destinados al sector fronterizo con México para luchar contra la inmigración ilegal y dar seguridad a los pobladores de las poderosas bandas de criminales que operan en suelo azteca.

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La profundización del sentimiento antiinmigrante en Estados Unidos, ocurre mientras Obama y los dirigentes demócratas insisten en que impulsarán una prometida reforma migratoria, algo que dudan los expertos debido al ambiente en el Congreso.

Obama dijo que el «pueblo estadounidense pide y se merece una reforma migratoria».

Previamente se había dirigido a eventos patrocinados por los inmigrantes hispanos, señalando que su compromiso por lograr la reforma no había desaparecido.

Pero todos saben en Washington que Obama no cuenta con la fuerza y la energía para impulsar dicha legislación.

Tras su agónico triunfo en la reforma de la salud, Obama todavía debe luchar en el Capitolio por los detalles que faltan a fin que la misma entre en vigencia.

Ahora la Casa Blanca de Obama concentra toda su energía, recursos y fuerza en lograr aprobar la reforma financiera, algo que es tan volátil políticamente como la de salud, pero con el ingrediente que debe enfrentar a la poderosa banca de Wall Street, generosos donantes de las campañas electorales.

El presidente estadounidense es consciente que no llegará a julio con la fuerza para lograr que congresistas y senadores le lleguen a aprobar la reforma migratoria. Todo ello tomando en cuenta que los estadounidenses se preparan para las elecciones de termino medio en noviembre, donde se renovará completamente la Cámara de representantes y un tercio del Senado.

Hispanos relegados


Como es tradición en Washington, la agenda hispana siempre ha sido secundaria en los círculos de poder de Estados Unidos, ya que la Casa Blanca y el Capitolio se concentran en los grandes temas de economía que afecta a la mayoría blanca, seguridad y política exterior.

Pero Obama y los demócratas son conscientes que parte de su arrasante victoria en los pasados comicios presidenciales y legislativos se debió a que los hispanos votaron en un 70 por ciento por ellos, creando el desequilibrio respecto a los otros bloques demográficos.

Por ello el presidente estadounidense y el liderazgo demócrata jueguen en los próximos meses a relanzar el debate de la reforma migratoria, a fin de satisfacer al electorado hispano y conservar sus votos en los comicios legislativos de noviembre que les permitan mantener la mayoría en ambas cámaras, pero sabiendo que no tendrán los votos para hacerla realidad.

La Casa Blanca y los demócratas buscarán que el relanzamiento de la agenda migratoria sea rechazado por los republicanos y culparlos así ante la comunidad hispana.

El electorado blanco republicano es hostil a otorgar a los inmigrantes ilegales el derecho de permanecer legalmente y presionan a sus líderes y legisladores para que se opongan a la misma.

Hondureños

Más de 600 mil hondureños se encuentran en condición de indocumentados, de ahí la importancia para el país de la reforma migratoria.

Los cientos de miles de connacionales laboran en condiciones marginales y no tienen derecho a recibir una buena paga y beneficios sociales por su condición de indocumentados.

Pero a pesar de esa situación, envían centenares de millones de dólares en remesas a fin de mantener sus familias en Honduras.

De concretarse la reforma migratoria, los hondureños ilegales podrían acceder a mejores empleos y con ello obtener más ingresos salariales e incrementarían el monto de las remesas a enviar a sus familiares en Honduras.

Esa situación es similar para México y Guatemala, dos naciones que protestaron oficialmente por la medida de Arizona y recordaron a Obama y los congresistas su compromiso de sacar adelante la reforma migratoria.

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