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Covid-19 y emergencia climática duro golpe a la Educación

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Tegucigalpa – Las proyecciones indican que, en el 2021, la región latinoamericana tendrá un diez por ciento de la población más pobre, Honduras no es la excepción y dentro de ese retrato está el de la educación y su reto dentro de la reconstrucción post emergencia sanitaria y climática, donde más de un millón de escolares desertó del sistema educativo y de ellos unos 400 mil perdieron contacto con sus docentes en la pandemia del coronavirus, según informes académicos y no estatales,

– Colón, Yoro y Atlántida, los tres departamentos más golpeados.

La deserción escolar, según los expertos, alcanzó un récord histórico en el país, y al analizar las perspectivas futuras no dudan en afirmar que el corazón de cualquier reconstrucción y transformación de una nación más allá de la infraestructura física radica en la educación.

Por eso preocupa, que en medio del confinamiento y ahora el paso de los meteoros Eta y Iota, más de un millón de alumnos hayan abandonado el sistema educativo nacional, que, de esa cifra, 400 mil perdieran contacto con sus docentes, y que, en medio de la emergencia climática, cientos de escuelas sufrieran daños, unas, y arrasadas por las aguas, otras.

El último informe de Casa Alianza del Observatorio de Derechos de los Niños, Niñas y Jóvenes en Honduras señala que la suspensión de clases presenciales como una medida preventiva ante la llegada del coronavirus, ha sido una de las principales causas para que los alumnos abandonaran las escuelas y colegios, debido a que carecen de equipo informático para recibir las clases virtuales y de los recursos para el pago de la red de Internet.

Otro de los factores es que los padres de familia perdieron sus fuentes de ingresos debido a la suspensión de la actividad económica y en algunos casos incorporan a sus hijos a una actividad económica y en los casos extremos hasta la mendicidad, como parte de una estrategia de sobrevivencia, detalla el informe.

Exclusión y riesgo social

Guadalupe Ruelas

Coordinado por el director de Casa Alianza, Guadalupe Ruelas, el informe resalta que el abandono de los menores de sus estudios tendrá un fuerte impacto en sus oportunidades de formación, pues corren el riesgo de caer en el desencanto para el próximo año y ser proclives a acciones de riesgo social y caer en las garras de estructuras criminales como maras o pandillas.

En tanto el Observatorio Universitario de la Educación Nacional e Internacional de la Universidad Pedagógica “Francisco Morazán”, señala que esos menores que están saliendo del sistema educativo son menores de edad en un alto riesgo social y se debe evitar porque no tienen condiciones para incorporarse al mercado laboral, al tiempo que éste se encuentra deprimido con una economía prácticamente estancada.

Los estudiantes matriculados en los tres niveles educativos, de acuerdo con la Secretaría de Educación, asciende a un poco más de 1,8 millones, de los cuales casi un millón abandonaran el sistema educativo este año, dejando fuera a dos millones de estudiantes, debido a que un millón se queda sin cobertura educativa todos los años.

El departamento más afectado por la deserción escolar es Colón, seguido por Yoro y en tercer lugar en Atlántida. Estos tres departamentos, se encuentran entre los más afectados por la pandemia del coronavirus, según datos oficiales.

Colón, por ejemplo, registra más de cuatro mil contagios y más de 106 muertos por coronavirus, en tanto Atlántida reporta más de seis mil ochocientos contagios y ciento ochenta y dos muertes. Yoro, a su vez, registra más de seis mil seiscientos infectados con ciento cinco muertes.

Eso en términos del impacto de la pandemia de la Covid-19, a lo que se suma los efectos del paso de la tormenta tropical Eta y Iota, en menos de dos semanas, cuyo impacto ha sido fuerte también en esos tres departamentos, ubicados en el llamado corredor productivo agrícola del país que hoy luce severamente devastado.

Una tragedia silenciosa

Lo que sucede en materia educativa, es una especie de “tragedia silenciosa” dicen los expertos, al indicar que dos de cada tres menores de 17 años no recibieron ningún tipo de educación, en tanto un estimado de 800 mil se retiraron de sus clases virtuales, más lo que interrumpieron su proceso de formación a causa de Iota y Eta.

De acuerdo con la organización Transformemos Honduras, es urgente el diseño de una estrategia que permita enfrentar la exclusión educativa que está viviendo el país. No se puede reconstruir una nación, si se deja de lado la educación, además de la salud, sostiene esta instancia de sociedad civil que apuesta por reformas integrales en ambos sectores.

Las autoridades de educación han intentado suavizar las cifras brindadas por los organismos académicos y las instancias de sociedad civil, pues de acuerdo con el titular de educación, Arnaldo Bueso, el 82 por ciento de la población escolar estuvo conectada a la educación en línea, y apenas 125 mil alumnos se reportaron como ausentes de este proceso formativo. Así lo expresó en un reciente evento que analizaba el tema educativo, tras anunciar que el año lectivo sería extendido hasta febrero de 2021.

Edwin Moya

Pero Edwin Moya, de la mesa ciudadana de la educación y de Transformemos Honduras, es del criterio que el dato de educación no es correcto, y debe parar el tema de la exclusión, agudizado por la pandemia y el paso de los fenómenos naturales.

Moya dijo que el 30 de noviembre de 2020 se cerró la formalidad del año escolar con uno de los peores resultados en Educación en las últimas dos décadas. Uno de cada tres niños menores de 17 años vive una situación de desigualdad en las escuelas, y no todo se puede atribuir a los infortunios.

La matrícula de 2020 les confirmó que más de 1,2 millones de niños que no estaban matriculados en las escuelas, y son las familias en situación de vulnerabilidad las que más sufren en estas circunstancias, de ahí que exhorta al gobierno a tener una mayor responsabilidad al respecto para evitar que el impacto a futuro haga fracasar el derecho a la educación en este país centroamericano.

Existe el desafío también de valorar y evaluar el tipo de calidad educativa virtual que se dio en el país a causa de la pandemia, a fin de poder mejorar ese tipo de formación en los años venideros, máxime si la pandemia de la Covid-19 seguirá el próximo año y la reparación y construcción de centros educativos afectados por los fenómenos naturales no será tan rápido como lo deseado.

La mesa de educación y Transformemos Honduras piden al gobierno dar prioridad, en el tema de la reconstrucción, a la agenda educativa para poder efectuar una ruta que pueda garantizar el acceso a la educación a más de dos millones de menores, por ahora, excluidos.

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