«El grupo de traidores de Lee Myung-bak no debería olvidarse nunca de que la fuerza popular norcoreana está preparada para una confrontación completa», dijo a la agencia oficial norcoreana KCNA un portavoz militar del régimen comunista, citado por Yonhap.
Se trata de la segunda amenaza militar que hace el país comunista contra Seúl en menos de un mes, y que además coincide con la llegada esta noche a Seúl de la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton.
Clinton, que concentrará su agenda oficial mañana en Seúl, abordará previsiblemente con las autoridades el desarme nuclear de Corea del Norte, que se ha convertido en uno de los temas más destacados de este viaje por Asia, el primero desde que asumió el cargo enero.
El Ejército norcoreano ya había advertido en enero que adoptaría una «postura de confrontación» al Gobierno conservador de Seúl.
Las relaciones de las dos Coreas sufrieron un fuerte revés desde que el conservador Lee Myung-bak asumió la presidencia surcoreana hace un año y su adopción de una política de línea dura hacia Pyongyang.
La tensión creció especialmente en la península cuando Pyongyang anunció a finales de enero que anulará todos los acuerdos de no confrontación firmados con Seúl.
Los analistas creen que con estos mensajes Corea del Norte pretende que se produzca un cambio en la política conservadora de Seúl, así como llamar la atención del Gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama.
Clinton advirtió esta semana a Pyongyang contra el posible lanzamiento de un misil intercontinental e instó al país comunista a llevar a cabo una desnuclearización «completa y verificable» en marco de las negociaciones a seis bandas.
Corea del Norte criticó además hoy las maniobras militares conjuntas que Corea del Sur y EEUU planean realizar en marzo y señaló, según la agencia central norcoreana KCNA, que ambos países pagarán un «alto precio».
Corea del Sur y EEUU organizan conjuntamente cada año una serie de ejercicios militares de defensa ante un eventual ataque de Pyongyang, que este año tendrán lugar entre el 9 y 20 de marzo.
Actualmente Estados Unidos mantiene 28.500 soldados desplegados en Corea del Sur como medida disuasoria ante un posible ataque norcoreano en la península, dividida al término de la guerra de Corea (1950-1953).