En Honduras, desde las elecciones de 1981 los partidos políticos grandes Nacional y Liberal se esmeraban en garantizarse el gane a nivel presidencial y legislativo. El Poder Judicial resultaba un evento garantizado aun cuando una proporción del partido perdedor se revelaba en la conformación de la Corte Suprema de Justicia.
La integración mayoritaria de los congresos entre 1981 y 2021 fue:
TABLA UNICA. % CONGRESO NACIONAL PARA PARTIDO GANADOR
AÑO | PARTIDO | % ESCAÑOS |
1981 | LIBERAL (PL) | 53.66 |
1985 | LIBERAL | 47.01 |
1989 | NACIONAL (PN) | 55.57 |
1993 | LIBERAL | 55.47 |
1997 | LIBERAL | 52.34 |
2001 | NACIONAL | 55.47 |
2005 | LIBERAL | 48.44 |
2009 | NACIONAL | 55.47 |
2013 | NACIONAL | 37.50 |
2017 | NACIONAL | 47.66 |
2021 | LIBRE | 39.06 |
Fuente: Patricia Otero, Honduras: Elecciones presidenciales y legislativas 1980-2009, TSE y CNE.
Durante 40 años los partidos tradicionales gobernaron cómodamente al contar control del Ejecutivo y mayoría en el legislativo salvo en 1985 cuando la división interna del Partido Liberal indujo a un cogobierno con el Partido Nacional que duró dos años; en 2001, que el PN se alió con La Democracia Cristiana a fin de alcanzar 65 votos, la mayoría simple para cualquier decisión que no requiera voto calificado según la Constitución de la República de Honduras. De nuevo, en 2010 el PN formó un gobierno de integración con partidos pequeños.
El Reglamento Interior del Congreso que duró 30 años fue sustituido por la Ley Orgánica del Poder Legislativo de 2013, reformada mediante Decreto 140-2021: “ARTÍCULO 49.- El Presidente del Congreso Nacional determinará el número de Diputados Suplentes de cada una de las Bancadas Políticas que pueden participar con voz y voto en el Pleno” …Este diseño pudo responder a la eventualidad de que el PN ganara las elecciones de ese año, luego que el tradicionalismo se veía amenazado por LIBRE y el efecto Nasralla con su PAC, PSH y actualmente el movimiento VAMOS con resultados alejados de los partidos emergentes desde 1970.
La reforma de la Ley Orgánica del Congreso mediante Decreto 140-2021 ha provocado al menos 3 daños enormes que mantienen al parlamento hondureño en una crisis permanente surgida desde la primera legislatura del presente gobierno:
- Permitió nombrar a la Junta Directiva del Congreso sin alcanzar la simple mayoría, coadyuvada por golpes y puntapiés. Igual se han nombrado otros entes sin el numero de votos correspondiente; se han publicado decretos en el Diario Oficial La Gaceta, sin haber sido aprobados debidamente por el pleno del Congreso, etc.
- Ha creado la noción en el Ejecutivo y sus dependencias de que el Congreso a través de su Presidente es un apéndice de ese poder del Estado.
- Ha socavado la institucionalidad del propio Congreso provocando un bajo rendimiento legislativo y cerrando las puertas a la capacidad de negociación que los partidos Nacional y Liberal habían practicado durante 40 años. La tozudez de LIBRE de aprobar el presupuesto 2025 sin aceptar observaciones y la inusitada insistencia de una ley tributaria, siguen pendientes entre otros temas.
El principio de que «las cosas en derecho se deshacen como se hacen», debería aplicarse eliminando esa reforma contenida en el Decreto 140-2021 que ha trastocado la base fundamental del principio de representatividad, pues desconoce el mandato del pueblo respecto a la categoría y el peso de los diputados propietarios en el Congreso Nacional de Honduras.