La información fue confirmada por la coordinadora de fiscales de la zona norte, Marlene Banegas.
También el propio alcalde sampedrano, Juan Carlos Zúniga, confirmó la versión y agregó que la riña comenzó entre coordinadores de los reos del centro penitenciario.
Un interno fue decapitado y se identificó como Mario Álvarez, quien era el coordinador de los privados de libertad denominados “Paisas”, quien negociaba el traslado de algunos internos hacía otras cárceles seguras del país.
Solo cinco reos fallecidos han sido identificados hasta el momento y son: Mario Álvarez, Elder Ramos Romero, José Armando Gómez, Nery Sagastume Chinchilla y Daris Jesús Menjivar.
Los cuerpos presentan multiples heridas cortupunzantes producidas por armas blancas, según los primeros reportes de la fiscalía, sin embargo, uno de los fallecidos presentaba graves quemaduras.
En el interior del penal sampedrano se encuentra personal de la fiscalía de los Derechos Humanos, así como de Medicina Forense del Ministerio Público.
Según algunos relatos, la riña se produjo en el recinto general donde se concentran la mayoría de los privados de libertad.
Antecedentes funestos
El 15 de febrero de este año, un incendio consumió varios módulos de la granja penal de Comayagua, lo que dejó una mujer y 360 reos fallecidos.
En 2003, unas 68 personas fallecieron en la cárcel de El Porvenir, La Ceiba, Atlántida.
Mientras en 2004, se produjo la muerte de 107 reos en la granja penal de San Pedro Sula, hecho por el cual el Estado de Honduras aceptó su responsabilidad ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El sistema penitenciario de Honduras es considerado una «bomba de tiempo», pues las 24 cárceles existentes en el país, que tienen capacidad para albergar a 8,000 personas, contienen a 13,000.