Santiago de Chile – El juez chileno Mario Carroza condenó hoy a diez años de cárcel a Marcela Mardones, acusada de ser una de las autoras del homicidio del senador derechista Jaime Guzmán, en abril de 1991.
La mujer, de 52 años, es la expareja de un antiguo guerrillero detenido en México, Raúl Escobar Poblete, conocido como el «Comandante Emilio», y líder de una célula del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) que se adjudicó el asesinato del legislador.
El juez Carroza había interrogado a Mardones en varias oportunidades y ella le reveló que había integrado esta facción del FPMR que dio muerte a Guzmán, pero solo aportando información acerca de las rutinas del senador.
Pese a esto, el jurista determinó que la mujer sí tuvo participación en el crimen, junto a Escobar Poblete y Ricardo Palma Salamanca, condenado en Chile y cuya extradición desde Francia está en proceso.
Mardones se encuentra desde el año pasado en una cárcel de alta seguridad de Santiago, en donde permanece recluida tras haber sido detenida en el sur de Chile.
La mujer arribó al país en junio de 2017 desde México, e intentó entrar con un pasaporte falso, momento en el que fue arrestada por la Policía de Investigaciones (PDI).
La parte querellante en el proceso acusó a Mardones de haber vigilado al senador Guzmán en el campus Oriente de la Universidad Católica, en la etapa de planificación del crimen y de haber participado en el mismo.
Sin embargo, la defensa de la imputada señala que ella estaba en el campus porque era estudiante de Pedagogía.
Jaime Guzmán fue un cercano asesor del dictador Augusto Pinochet, que redactó una buena parte de la Constitución impuesta a los chilenos en 1980 por la dictadura (1973-1990) y fundó el partido Unión Demócrata Independiente (UDI), que dio sustento político e ideológico al régimen de facto.
Al menos dos presuntos autores del crimen, Demetrio Hernández Norambuena y Palma Salamanca, fueron detenidos, procesados y condenados por la Justicia chilena, pero huyeron en helicóptero desde la cárcel en diciembre de 1996.
Actualmente, Hernández cumple una pena de 30 años de prisión en Brasil por el delito de secuestro.
