Guatemala – Un tribunal penal de Guatemala condenó hoy a penas de entre 8 a 83 años de prisión a 17 guatemaltecos, miembros del cartel mexicano Los Zetas, que fueron detenidos en julio del año pasado durante la celebración de una narcofiesta en el norte del país.
El Tribunal Primero de Mayor Riesgo A encontró culpables de los delitos de asociación ilícita, asociación ilegal de gente armada, tenencia ilegal de armas, conspiración para el asesinato y lavado de dinero a los miembros de Los Zetas.
«Hubo suficientes evidencias de parte de la Fiscalía, en los cuales se basó el tribunal para emitir las sentencias condenatorias en contra de estas personas», dijo a los periodistas un portavoz de la Corte Suprema de Justicia.
Óscar Tiul, alias «comandante Cherry», y Sebastián Choc Cac, alias «comandante Machucazo», jefes de la estructura criminal desbaratada por las autoridades, fueron condenados a 83 años de prisión.
Mientras que a Sadia Guillén Ruiz, Andrea Celeste Morales y Berta Elena Portillo, supuestas bailarinas que amenizaban la narcofiesta, les fueron impuestas penas de ocho años de prisión, y al resto del grupo les dictaron condenas intermedias.
El 12 de julio de 2011, las fuerzas de seguridad de Guatemala realizaron una operación de inteligencia en la finca Santa Marta, ubicada en la población de Ixcán, fronteriza con México, en donde un grupo de integrantes de Los Zetas celebraban una «fiesta de narcozetas».
En ese lugar capturaron a once de los condenados hoy y el resto fueron detenidos en diferentes puntos del país como resultado de las investigaciones de seguimiento realizadas por las fuerzas de seguridad.
En la finca donde se celebraba la narcofiesta fueron decomisadas armas, caballos pura sangre y «animales exóticos».
Las autoridades guatemaltecas han reconocido que Los Zetas, uno de los más sanguinarios cárteles de narcotraficantes y sicarios mexicanos, se asentaron en territorio guatemalteco desde hace más de cuatro años.
«Hubo suficientes evidencias de parte de la Fiscalía, en los cuales se basó el tribunal para emitir las sentencias condenatorias en contra de estas personas», dijo a los periodistas un portavoz de la Corte Suprema de Justicia.
Óscar Tiul, alias «comandante Cherry», y Sebastián Choc Cac, alias «comandante Machucazo», jefes de la estructura criminal desbaratada por las autoridades, fueron condenados a 83 años de prisión.
Mientras que a Sadia Guillén Ruiz, Andrea Celeste Morales y Berta Elena Portillo, supuestas bailarinas que amenizaban la narcofiesta, les fueron impuestas penas de ocho años de prisión, y al resto del grupo les dictaron condenas intermedias.
El 12 de julio de 2011, las fuerzas de seguridad de Guatemala realizaron una operación de inteligencia en la finca Santa Marta, ubicada en la población de Ixcán, fronteriza con México, en donde un grupo de integrantes de Los Zetas celebraban una «fiesta de narcozetas».
En ese lugar capturaron a once de los condenados hoy y el resto fueron detenidos en diferentes puntos del país como resultado de las investigaciones de seguimiento realizadas por las fuerzas de seguridad.
En la finca donde se celebraba la narcofiesta fueron decomisadas armas, caballos pura sangre y «animales exóticos».
Las autoridades guatemaltecas han reconocido que Los Zetas, uno de los más sanguinarios cárteles de narcotraficantes y sicarios mexicanos, se asentaron en territorio guatemalteco desde hace más de cuatro años.
