Tegucigalpa – Ana Rosalinda García Carías de Hernández, primera dama de la nación, nos recibió en su despacho en la nueva Casa Presidencial. En el ambiente, las fotos familiares y algunos detalles de artistas nacionales. En su escritorio varios documentos de trabajo y un bolso grande, pintado a mano por artesanos hondureños.
Vestida con prendas sencillas, de influencia lenca, la primera dama, una abogada de profesión, nos saluda brevemente para luego mostrar su preocupación por los hondureños amparados en el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), sometidos a una incertidumbre migratoria.
Ana García de Hernández podría conservar sus funciones como primera dama, si los electores hondureños privilegian a su esposo y actual presidente del país, Juan Orlando Hernández con su voto, este 26 de este noviembre.
Mientras degustaba una taza de café, ella conversó con Proceso Digital:
Proceso Digital: ¿Cómo ha sido el devenir de su época al lado del presidente desde que se conocieron?
Ana García: Ha sido una vida bendecida desde que nos conocimos en la universidad (UNAH), ahí comenzamos a tener una relación, primero éramos compañeros y luego pasamos a ser novios. Me siento afortunada de tener un gran hombre, que ha sido un gran esposo, gran padre y sé que ahora hace una buena labor en este país.
PD: ¿Cómo se dio la conexión entre ustedes?
AG: Éramos compañeros, ambos somos abogados de profesión, él siempre cuenta que yo era buena alumna y que tomaba buenas notas en los cuadernos, ahí comenzamos a estudiar juntos, compartir tiempo y poco después formalizamos la relación y nos casamos. Éramos bastante jóvenes, él tenía 21 años y yo 20, pero esa juventud ha sido una fortaleza para alcanzar las metas que nos hemos propuesto y Dios nos ha permitido alcanzar.
PD: ¿Qué le hizo entusiasmarse con él ya como enamorado?
AG: Juan Orlando desde que lo conocí ha sido un hombre muy serio, en aquel tiempo estaba aspirando como presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho (AED) y ganó. Siempre fue una persona con seriedad y una visión clara de lo que quería, me gustó su carácter, sus fortalezas y físicamente también. Gracias a Dios ha sido una buena relación.
PD: ¿Cuáles son sus raíces familiares?
AG: Nací en Tegucigalpa, pero mi papá es olanchano, mi mamá es capitalina de raíces ceibeñas, mis primeros años los pasé en Juticalpa y por eso me siento olanchana, después del quinto grado me vine a vivir a Tegucigalpa y me hice capitalina, pero ahora también me siento graciana.
PD: Una vez que se casaron con el presidente ¿Cómo ha sido el desarrollo de la vida pública de ustedes?
AG: Siempre cuento esta anécdota, cuando Juan y yo nos casamos, fue el 3 de febrero de 1990, fue un sábado y el lunes ya estaba trabajando con mi cuñado Marco Augusto, que en aquel tiempo era secretario del Congreso. Desde el tercer día de matrimonio la política ya estaba ahí, su función era atender a los líderes del departamento de Lempira, entonces él viajaba mucho y desde entonces la política ha estado presente en nosotros. Para Juan Orlando la política ha sido para servir, lo hace con la convicción de que con la política se pueden hacer cambios para el bien del país.
PD: ¿Qué recuerda de esa época inicial en cuanto a la proyección de su esposo hacia las comunidades de Lempira?
AG: Tenía un don de servicio por atender a la gente, recuerdo que vivíamos en la colonia Alameda y me llevaba la gente a la casa para atenderlos mejor. El hecho de venir de abajo, pasar por cada etapa porque viene del servicio, eso marcó mucho su gestión, su carácter y el compromiso para que las cosas sucedan, que den resultado.
PD: ¿Cuáles fueron las obras que marcaron en su primera etapa?
AG: Su primer periodo como diputado fue cuando ganó el presidente Carlos Flores, recuerdo que siempre defendía sus temas y uno por el que luchaba era porque que en el Congreso no se discutían las agendas legislativas, no se pasaban los proyectos de ley, él luchaba y siempre fue muy responsable en su labor legislativa. Luchaba por sus objetivos, especialmente cuando se trataba de favorecer a las comunidades. Otro logro importante que alcanzó en el legislativo fue cambiar la forma de votar en la cámara. Antes de que él llegara al Congreso se votaba levantando la mano, ahora se hace de manera electrónica y eso representa el compromiso que Juan ha tenido con la transparencia.
PD: ¿Cómo fue la evolución de Juan Orlando Hernández en el Congreso Nacional?
AG: En el primer periodo fue el subjefe de la bancada, fue el más joven en aquel tiempo, dice que le costó convencer a muchos porque era nuevo, pero lo apoyaron. En aquel tiempo tenía 27 o 28 años, era muy joven. En su segundo periodo con el presidente Ricardo Maduro fue primer secretario, fue un cargo de mucho trabajo y luego en el siguiente periodo solo fue un diputado más. Posteriormente, un periodo más adelante fue el presidente del Congreso Nacional.
PD: Y mientras tanto ¿Cuáles fueron sus funciones?
AG: Después de que me gradué de la facultad estuve trabajando en el área legal, primero en algunas instituciones y luego en nuestro propio bufete, me hice notaria y esa fue mi actividad combinada con algunos negocios. A mí el derecho me ha apasionado y es una profesión que me ayuda mucho a servir, conocer y resolver los conflictos. Una vez que Juan Orlando entró a la presidencia tuve que alejarme de ello para acompañarlo en sus ideales por Honduras y ahora en la campaña.
PD: Como Primera Dama ¿Qué nos puede decir de lo que está haciendo para el país?
AG: Siempre le digo a la gente que cuando uno está cerca de su esposo mira cuales son los deseos y sus intenciones, miro a Juan Orlando todos los días esforzarse, muchas veces con jornadas intensas desde muy tempranas horas y eso me hace sentir segura que Honduras está en buenas manos, sé que en él hay un deseo genuino de hacer lo mejor para nuestra nación, no le tiene miedo al trabajo, exige mucho y yo lo entiendo porque está oportunidad es una bendición para nosotros.
PD: ¿Cuáles son los programas que más impactan en usted?
AG: Desde la perspectiva que me ha tocado coordinar han sido muchas cosas, una vez estaba en una charla y decía la conferencista que cuando vamos creciendo tenemos dolor de crecimiento. Crecer duele, poner orden duele y a Juan Orlando le ha tocado enfrentar muchas cosas difíciles, ha sido de los presidentes que le ha tocado poner orden y eso cuesta, empezando por la seguridad, el tema tributario y eso ha sido parte de estos cuatros años, ahora empiezan a verse los frutos, hoy Honduras tiene mejor convivencia entre las personas, ahora la gente sale a las calles, va a correr o caminar, se mira una creciente actividad del turismo, porque Honduras tiene una mejor reputación.
Todo está relacionado con que Juan Orlando se ha enfocado en la seguridad y, la economía ha mejorado, hoy Honduras cuenta con una visión, con el plan 20/20.
Hoy yo veo como Vida Mejor transforma la vida de muchas familias que necesitaban alimentos y de aquellos que requerían un préstamo, hemos capacitado, el bono, en fin, es una plataforma con la que contamos.
PD: ¿Qué piensa cuando mira un migrante hondureño en Estados Unidos?
AG: Aún recuerdo cuando me tocó ir la primera vez como Primera Dama, cuando visitamos los centros de detención, cuando la crisis de los menores no acompañados estaba en su momento más difícil, esa impresión de ver a los niños en esos centros no se me olvida y eso es lo que me ha marcado, cuando veo un migrante no veo una cifra, es una persona que tiene sueños, aspiraciones, ideales y que busca mejorar sus condiciones de vida. Merece que le apoyemos y trabajemos con ellos.
PD: ¿Qué se ha hecho desde la perspectiva humanitaria por los migrantes retornados y por los que están extra fronteras?
AG: Se ha construido en un orden, primero entender lo que estaba pasando, luego mejorar las condiciones y atender mejor a los que estaban en Estados Unidos, su trabajo se enfocó en dos líneas, uno el fortalecimiento de la red consular que está en buenas condiciones y al personal, está comprometido y capacitado. Tenemos el proceso de la matricula consular que nos permite darles un documento seguro y certificado a los compatriotas.
PD: ¿Qué ha hecho con los migrantes que son repatriados?
AG: La primera vez que fui a la frontera entre Guatemala y Honduras, a nuestros compatriotas los dejaban en Corinto, la Cruz Roja los atendía, pero ellos caminaban hasta que alguien les diera alimento y descanso, entonces se abrió el centro de atención en esa zona, los migrantes llegan hasta Omoa y se les atiende con alimento, alojamiento y transporte hasta sus comunidades.
PD: ¿hacen falta centros de atención al migrante?
AG: Hay mucho por hacer. En San Pedro Sula tenemos un centro con todas las condiciones, donde los niños reciben la atención médica y psicológica, donde se les atiende de manera integral. Hemos avanzado mucho y hoy estamos trabajando en la reinserción, para que los que retornen tengan la oportunidad de ofrecerles lo que el país tiene.
PD: ¿Qué piensa de esas abuelas que se hacen mamás, o el padre que va con los hijos por la ruta migratoria?
AG: Nosotros hemos llevado a cabo campañas de socialización para concientizar porque es una realidad, hemos visto casos que primero se fue el papá y luego la mamá.La reunificación familiar siempre es fundamental.
PD: ¿Qué puede decir de lo que está pasando con el TPS?
AG: Entendemos lo que nuestros compatriotas están sintiendo, compartimos con ellos sus historias, lo que representa para ellos buscar un nuevo hogar y ahora son empresarios de éxito, tienen sus familias y tienen un miedo de no saber lo que va a pasar. Hicimos un llamado humanitario al gobierno de Estados Unidos porque la gente que está en el TPS son los que se comportan en el marco de la Ley y que contribuye con Estados Unidos de manera positiva.
PD: ¿Cómo define su trabajo como Primera Dama?
AG: Como Primera Dama me toca bastante actividad, porque compartimos con nuestra gente, me gusta salir a tierra adentro y conocer la realidad de Honduras, hay muchas cosas que hacer, pero todo lo que hacemos es con alegría y siempre pensando en servir y en incluir a quienes permanecieron olvidados y ahora son parte esencial de la agenda del presidente.
PD: ¿Por qué cree usted que Juan Orlando Hernández debe seguir siendo el presidente de Honduras?
AG: Porque un nuevo periodo le permitirá a Juan Orlando consolidar el tema de empleo y de seguridad que son fundamentales para detonar el crecimiento de Honduras. Juan Orlando tiene el compromiso de trabajar, los hondureños saben quién es Juan Orlando y quien está compitiendo contra él.
Juan Orlando es un hombre que tiene un gran compromiso, él sabe la realidad de Honduras, conoce los problemas y los está resolviendo, hemos avanzado mucho en los temas de seguridad y en otros importantes, Juan Orlando tiene claro todo y como esposa estoy convencida que es la mejor opción para seguir gobernando Honduras.