Tegucigalpa – “Anteriormente teníamos que recoger leña de ocote en el bosque, para no vivir totalmente a oscuras, íbamos a otras comunidades y pagábamos hasta 20 lempiras para que nos cargaran los celulares, para no estar incomunicados del mundo”. Con estas palabras don José Hernández, habitante de la comunidad de Cofradía, en Yamaranguila, Intibucá, inicio su relato, al detallar las dificultades que toda su comunidad vivieron durante décadas, por no contar con los beneficios que ofrece el modernismo, mediante la energía eléctrica.
– La inversión asciende a más de cinco millones de lempiras. Un total de 236 familias lencas son las beneficiarias.
Hernández, casado y con tres hijos menores, él y su familia habitan en una casa construida de adobe sin repello, con techo de teja y piso de tierra, situada al pie de una montaña cubierta de pinos, justo en el momento de la entrevista las nubes dejan caer una incesante lluvia, lo que vuelve al lugar todo un paraíso natural, donde se respira aire puro y una paz apremiante.
En medio de este majestuoso escenario de naturaleza, Hernández, miembro de la etnia Lenca, con un brillo en su mirada explica, que la vida de toda la comunidad de Cofradía, está cambiando, gracias a la instalación de un proyecto de paneles solares, que ejecuta el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, aspecto que llena de emoción a estas comunidades indígenas que por siglos demandaron a gobiernos anteriores mejores condiciones de vida.
“Ahora con la iluminación es diferente, nuestros hijos pueden hacer las tareas, estudiar y jugar durante la noche, algo que antes no era posible, además es un gran apoyo para uno que madruga para ir a trabajar a los cultivos, levantándose más temprano, por lo que realmente estamos agradecidos con el presidente Hernández, que gestiona estos proyectos”, afirmó Hernández.
Por su parte, Matías Hernández, habitante de la comunidad de Goascotoro, Yamaranguila, manifestó que el proyecto además de modernidad, trae beneficios a la salud, porque ya los adultos y niños no van a respirar el humo de los candiles y de la leña de ocote, que han utilizado por décadas estas comunidades para iluminarse durante la noche.
Matías, habita en una improvisada casa de palos de madera de tres por dos metros cuadrados, la cual provee de techo a él, su esposa y cuatro hijos menores.
Al percatarse de esta situación las autoridades del Instituto de Desarrollo Comunitario, Agua y Saneamiento Idecoas, cumpliendo con el mandato del gobierno de llevar vida mejor a estas comunidades, instruyeron a los técnicos construir de inmediato una vivienda de madera, con techo de lámina de zinc y piso de cemento, para esta familia de campesinos que emprende un sembradillo de Fresas, con el cual buscan mejorar sus condiciones de vida.
El proyecto de instalación de paneles solares, es ejecutado por el (Idecoas), a través del Programa de Pueblos Indígenas y Afro-hondureños y Cambio Climático (PIAHCC) y se espera esté concluido en un cien por ciento en cinco meses.
Según el Subdirector de Idecoas, Rubén Espinoza, en base a las estrategias enmarcadas en el plan de desarrollo de gobierno del presidente Hernández, es el de crear mejores condiciones de vida a los pueblos indígenas, llevando justicia social.
De igual forma detalló, que el costo del proyecto de energía renovable y manejo de recursos naturales, asciende a 5 millones 572 mil 470 lempiras.
Señalo, que los fondos provienen de un convenio de cooperación técnica no reembolsable de los fondos Nórdicos de Desarrollo, administrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Espinoza explicó, que las comunidades beneficiadas son Goascotoro y Cofradía en Yamaranguila, Intibucá y la comunidad de Fátima en el departamento de La Paz, zonas de difícil acceso, tanto vehicular y de desarrollo local.
Agregó, que el proyecto de instalación de paneles solares estará concluido en su totalidad en cinco meses, el cual permitirá tener en funcionamiento cuatros focos ahorradores y dos tomas corrientes en cada vivienda intervenida.
“Las comunidades beneficiarias se conformaran en Cajas Rurales, donde cada familia aportara mensualmente 150 lempiras, este ahorro servirá para la adquisición de baterías y de conversores, después que hayan cumplido su vida útil, que es de un promedio de cinco años”, expuso Espinoza.
“Con este proyecto además contribuimos a la mitigación de los efectos del cambio climático al reducir el gasto de combustible por la generación de energía eléctrica, a la par se están creando viveros de árboles maderables y frutales para que las comunidades puedan reforestar las micro cuencas” Indicó Espinoza.
