Tegucigalpa – Los efectos del ingreso del cuarto empuje de aire frío han comenzado a sentirse en el norte de Honduras, donde las lluvias moderadas ya han iniciado y lo que ha obligado a las autoridades aeronáuticas a cancelar las operaciones en el aeropuerto internacional de San Pedro Sula, debido a que la visibilidad es de apenas dos kilómetros.
El pronosticador de turno del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Carlos López Maradiaga, indicó que los efectos del fenómeno se han comenzado a sentir en los departamentos de Cortés, Atlántida, Islas de la Bahía, Colón y Yoro, donde permanece una alerta verde permanente.
Añadió que ya comienzan a sentirse los vientos del empuje de aire frío que se había anunciado ingresaría este fin de semana a Honduras por lo que localidades como Omoa, San Pedro Sula y municipios aledaños ya resienten las precipitaciones.
Asimismo, la temperatura en la zona norte poco a poco va a ir descendiendo, mientras que en Tegucigalpa entre las 2:00 y 3:00 de la tarde se comenzarán a sentir los vientos acelerados, cielo mayormente nublado y en entre las 7:00 y 8:00 de la noche se experimentará un clima frío que afectará a prácticamente el 90 por ciento del territorio nacional.
Señaló que la alerta verde se ha emitido para cuatro departamentos del norte de Honduras, debido a que se espera que las precipitaciones alcancen entre 60 y 80 milímetros en ciudades como Tela, San Pedro Sula, Omoa, Puerto Cortés, La Ceiba e Islas de la Bahía, mientras que en las zonas altas y montañosas que bordean la zona costera las lluvias llegarán a entre 120 y 160 milímetros.
En el centro, occidente y oriente del país, el frente frío provocará un notable descenso en la temperatura y presencia de lluvias y lloviznas de carácter leve.
López Maradiaga detalló que el cuarto empuje de aire frío afectará el país este sábado, el domingo e incluso parte del lunes.
Agregó que esta mañana, solamente el aeropuerto Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula, permanecía cerrado porque la visibilidad estaba reducida a dos kilómetros debido a una lluvia moderada.
