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Colegios vulnerados por vendedores de droga

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Tegucigalpa – Los colegios que tienen una buena masa estudiantil se han convertido en escenario de lucha para la venta de drogas. A esa conclusión llegan expertos y actores relacionados con el tema de seguridad en Honduras, donde los jóvenes siguen siendo vulnerables a la violencia que cada día cobra la vida de 14 personas.

– Colegios como el Central Vicente Cáceres y el Saúl Zelaya Jiménez de la capital son resguardados por militares en los últimos días.

Las últimas evidencias de la situación de vulnerabilidad que enfrentan los estudiantes es la muerte violenta de dos alumnos del legendario Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC) de Tegucigalpa. Ambos aparecieron ejecutados y las investigaciones aún no revelan los avances que den los criminales, ni tampoco las causas de ambos sucesos.

Las autoridades hondureñas reconocen que el consumo y tráfico interno de drogas son dos realidades que enfrentan los centros de enseñanza, especialmente aquellos en los que la población estudiantil se cuenta por miles.

ICVC2En el caso del Central, en este centro de enseñanza hay una marcada disputa de pandillas, aunque las máximas autoridades nieguen esos extremos públicamente.

En uno de los edificios de este veterano colegio capitalino se aprecia una grafiti enorme con la leyenda de la pandilla 18, una de las principales agrupaciones criminales que opera en Honduras. En otros muros de esa institución pueden observarse otras pintas alegóricos a las pandillas

Cornelio McCarthyCornelio McCarthyEl director del ICVC, Cornelio McCarthy, aseguró que en el interior de su colegio no hay problema de maras. “Esperamos que los resultados de las investigaciones sean buen argumento para que los asesinatos de nuestros jóvenes no queden impunes”, dijo McCarthy.

Dejó claro que “no puedo asegurar sí son problemas relacionados a estos grupos de maras, si hemos tenido problemas dentro de la institución con estudiantes, pero no por problema de maras”.

De su lado, el titular de la Dirección Nacional de Intervención Social (Dinis), coronel Saúl Orlando Coca, citó que han realizado tres visitas al Instituto Central Vicente Cáceres, para ofrecer capacitaciones y se ha logrado atender a los siete mil estudiantes de las tres jornadas educativas.

“Hemos capacitado un buen grupo de maestros en el problema de las adicciones y vamos a formar un grupo de intervención a las adicciones, y en septiembre estaremos formando la primera Comunidad Terapéutica Estudiantil Ambulatoria en el Central”, anunció el militar.

Además, mencionó que 49 colegios han sido intervenidos bajo este programa, que pretende llevar seguridad a la comunidad estudiantil, padres de familia y profesores de los centros educativos en riesgo.

Relato de una docente

maestra luciaLa maestra Lucía.Uno de los principales problemas que se presentan en las instituciones educativas son las amenazas de parte de los estudiantes a los docentes, éstos últimos amedrentados porque en muchas ocasiones los jóvenes aseguran ser familiares de miembros de pandillas.

“Tengo una compañera de trabajo que una de sus alumnas se quedó fuera de las dos recuperaciones, por lo tanto reprobó la clase. La joven mandó un mensaje amenazante en el que le decía a la profesora que si no la pasaba (aprobar la clase) le iba a mandar a los muchachos (pandilleros) y que se atuviera a las consecuencias”, contó una docente que identificaremos con el seudónimo “Lucía”.

La mentora reflexionó que “en nuestras instituciones, así como hay alumnos buenos hay estudiantes que están asociados con grupos no deseados”.

A renglón seguido apuntó que en el sistema público existe una lucha entre la educación de calidad versus inseguridad social; “los alumnos se atienen a que ellos tienen el poder para amenazar a las autoridades de los centros de enseñanza”.

Citó que hay muchos alumnos que ocupan las instituciones para comercializar sustancias ilícitas, unos se matriculan solo para vender y atraer más clientela o para introducir a más estudiantes en la comercialización del alucinógeno.

“Hay alumnos que no la consumen adentro de las instalaciones, pero sí en sus alrededores y no les da ni pena porque lo hacen delante de los maestros”, mencionó “Lucía”.

Colegios puntos de distribución de drogas

José CoelloJosé Coello.En comunicación con Proceso Digital, el portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), teniente José Coello, informó que están brindando seguridad a las instituciones educativas de Tegucigalpa y otras ciudades porque han detectado que son puntos de distribución de droga.

“Fusina tiene constante comunicación con la Secretaría de Educación con el propósito de brindar seguridad en diferentes centros de educación, donde hay puntos de distribución de droga y donde han infiltrado miembros para tratar de distribuir drogas”, dijo Coello.

Agregó que “estos jóvenes tienen la edad entre 13 y 18 años, igualmente reclutan personas del sexo femenino y las utilizan como mulas. Ellos utilizan dinero, ropa, celulares para tratar de ingresar a los miembros que no analizan los riesgos para pertenecer a estas estructuras criminales”.

De acuerdo al relato de Coello, ya se han detenido a menores de edad en centros educativos, sus edades oscilan entre 13 a 17 años, por lo que se está reforzando la seguridad en los diferentes centros de educación a nivel nacional.

“Todo es para atacar los puntos de distribución y desarticulando de las bandas delictivas que utilizan a los menores para la distribución de drogas”, detalló.

Añadió que “son diferentes centros de educación donde estamos brindando seguridad como en el sector del Hato de Enmedio, Kennedy, Comayagüela, Carrizal, La Laguna y otros sectores. No son centros de educación específicamente, sino en alrededores para atacar los puntos de droga. Actualmente Fusina, aparte de realizar operaciones, tenemos personal infiltrado con el objetivo de penetrar a los grupos que reclutan jóvenes”.

El portavoz militar cerró recomendando a los padres de familia que miren con quién se llevan sus hijos y dónde se llevan. “También con redes sociales porque integrantes de maras y pandillas utilizan estas redes para cometer femicidios y reclutar jóvenes”, aconsejó.

El colegio Central, blanco del narcomenudeo

Luis MaldonadoPara el general en condición de retiro, Luis Alonso Maldonado Galeas, el mítico Instituto Central Vicente Cáceres siempre ha sido uno de los blancos para la actividad delictiva de distribución y narcomenudeo.

“Se puede decir que cuando los jóvenes se niegan a ingresar a una organización y hay represalias y se puede considerar en este caso”, analizó.

Prosiguió diciendo que “hay colegios donde estas organizaciones han manifestado tener el control y han mantenido bajo amenaza a algunos docentes, desde el interior del colegio y desde el exterior, en ese sentido se reafirma que los colegios son blancos para el reclutamiento”.

Para el general Maldonado Galeas el factor social es uno de los más importantes para que las pandillas y grupos de distribución de droga se acerquen a instituciones educativos. El Central tiene la peculiaridad que son más de siete mil los que componen su masa estudiantil.

“Las organizaciones delictivas saben que son vulnerables y eso hace que se tenga esa preferencia para que estos espacios educativos sean escenario de reclutamiento. Además el régimen disciplinario de estos institutos no es estricto ni en asesoría, ni en consejería”, señaló.

Cien estudiantes cada año pierden la vida, según Conadeh

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Roberto Herrera Cáceres, condenó la muerte violenta de estudiantes que, entre 2011 y 2015 (cinco años), dejó un promedio de 100 víctimas anuales, principalmente de secundaria.

Se estima, que entre el 2011 y el 2015 unos 500 estudiantes de secundaria fueron ultimados violentamente, la mayoría en circunstancias aún desconocidas.

Los últimos hechos contra estudiantes que se registran son los siguientes:

El 21 de junio fue raptada y luego ejecutada la joven centralista Rebeca Velásquez, días después fue encontrado muerto Olman Castillo.

El 24 de marzo de 2015, tres jóvenes estudiantes de la jornada nocturna del Instituto Jesús Aguilar Paz fueron ultimados por desconocidos  en el barrio Perpetuo Socorro  de Comayagüela.

Un día después fue encontrado el cuerpo de una niña de 13 años, estudiante del Instituto Central Vicente Cáceres, en la calle que conduce a la terminal de buses de Tiloarque, a inmediaciones del centro educativo. El cuerpo sin vida estaba metido en un saco de nailon con signos de estrangulamiento.

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