El avión de Clinton, procedente de la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, aterrizó a las 22.00 hora local (20.00 GMT), informaron fuentes de Exteriores.
A su llegada la secretaria de Estado se desplazó inmediatamente a Jerusalén, donde esta noche no tiene previsto ningún encuentro oficial.
Mañana, su cargada agenda de encuentros comenzará en la sede de la Presidencia de Israel, donde analizará con Simón Peres las «relaciones estratégicas» entre ambos países y la necesidad de «acelerar el ritmo» para «afrontar la amenaza nuclear iraní», informó la oficina de Peres en un comunicado.
Al final de la entrevista, ambos dirigentes harán una declaración conjunta ante los medios de comunicación.
Clinton recorrerá después el Museo del Holocausto (Yad Vashem) y tendrá un desayuno de trabajo con su homóloga israelí, Tzipi Livni.
En torno a las 14.00, hora local (12.00 GMT), se desplazará al Consulado estadounidense y se reunirá con el designado próximo primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y con el titular de Defensa y líder laborista, Ehud Barak.
Clinton concluirá la jornada con una cena con el jefe de Gobierno saliente, Ehud Olmert.
El miércoles, Clinton se desplazará a Ramala, la ciudad cisjordana que alberga la sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), donde pasará unas cuatro o cinco horas.
Allí, la secretaria de Estado se entrevistará con el presidente palestino, Mahmud Abás, y con el primer ministro de la ANP, Salam Fayad, indicaron fuentes del consulado estadounidense.
Clinton no se reunirá, en cambio, con dirigentes del movimiento islamista Hamás, cuyo brazo armado figura en el listado de organizaciones terroristas de EEUU y la Unión Europea.
A las 13.30, hora local (11.30 GMT), saldrá hacia el aeropuerto Ben Gurión para tomar un vuelo especial con dirección a Bruselas, próxima etapa de una gira que concluirá el 7 de marzo y la llevará también a Ginebra y Ankara.
Es el segundo viaje al exterior de Clinton en menos de un mes y el primero a Israel y Cisjordania desde que tomó las riendas de la diplomacia estadounidense de mano del presidente Barack Obama.