Los participantes en la manifestación, autorizada por el Ayuntamiento, portaban pancartas en las que demandaban poner fin a los asesinatos políticos en el país.
Markélov, abogado especializado en casos de violaciones a los derechos humanos y Babúrova, periodista de la revista opositora «Nóvaya Gazeta», fueron tiroteados por un sicario a la salida de una rueda de prensa.
El letrado murió en el acto, mientras que la periodista falleció horas más tarde en el hospital, pese a los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida.
Markélov, entre otros casos, llevaba el de la familia de Elsa Kungáyeva, una chechena asesinada por un coronel del Ejército ruso, Yuri Budánov, el oficial del ejército de mayor graduación condenado por un crimen en Chechenia.
El abogado reclamaba la reanudación de la persecución judicial de Budánov, quien días antes había quedado en libertad anticipada tras cumplir más de la mitad de la pena que le habían impuesto por el asesinato de Kungáyeva.