La vigilia, que fue promovida por el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ), que aglutina a diversos sectores sociales que luchan contra la corrupción en Honduras, se celebró en la planta baja del Parlamento hondureño en Tegucigalpa.
Santos, quien se desempeña como fiscal de Protección al Consumidor en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, fue atacado cuando llegaba a su residencia en su coche particular, acompañado de un niño hijo suyo.
El vehículo fue alcanzado por ocho disparos, de los que cuatro impactaron en el cuerpo de Santos, uno de los diez fiscales que en abril pasado participaron en una huelga de hambre en la planta baja del Parlamento hondureño para exigir el cese de la corrupción en el Ministerio Público.
El estado de salud de Santos sigue siendo delicado, porque perdió un riñón, además de sufrir otros daños en la vesícula y el hígado, según fuentes cercanas a su familia.
Diversas organizaciones sociales de Honduras han manifestado por separado su repudio por el atentado contra Santos, quien también ha ejercido como fiscal de Lucha contra la Corrupción.