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Cautela, dudas y polémica por anunciada «tregua» de pandillas en El Salvador

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San Salvador – La «tregua» entre pandilleros para disminuir el índice de asesinatos en El Salvador, anunciada este martes por un obispo, que aseguró que medió con las pandillas, se sumó hoy a la polémica por un supuesto acuerdo del Gobierno con esos delincuentes.
 

«Hay más preguntas que respuestas: ¿Será legal eso?, ¿será sostenible en el tiempo?, ¿va a ser eficaz?, ¿cuánto va a durar?», dijo el analista político Roberto Cañas a Efe.

«Nadie puede asegurar que esto sea una medida que resuelva la disminución de los índices de la delincuencia de manera permanente», dijo Cañas, uno de los firmantes de los Acuerdos de Paz, que acabaron la guerra civil en 1992, por el gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), del que hoy está alejado.

El Salvador es uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de más de 60 muertes anuales por cada 100.000 habitantes cuando la media mundial es de 8,8 según datos de la ONU..

El procurador adjunto de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, Álvaro Menéndez Leal, advirtió a Efe que la violencia es un problema «tan complejo, que tiene mil caras y mil razones; por tanto, el tratamiento (…) debe ser lo más prudente y lo más cauteloso posible».

«Incluso aquellos que tienen toda la buena fe y buena voluntad, deberían de tomar en consideración las repercusiones que puede tener el sentarse a conversar, platicar o negociar con los líderes de las pandillas», sentenció el procurador.

El obispo castrense y policial, Fabio Colindres, aseguró ayer, en presencia del nuncio apostólico en El Salvador, Luigi Pezzuto, que él medió para que los jefes de las principales pandillas, la Mara Salvatrucha y La 18, pactaran una «tregua» para disminuir los asesinatos producto de sus enfrentamientos.

La mediación «ha motivado que los grupos pandilleros, entre ellos, tomaran decisiones que son tremendamente significativas (…) y esto ha contribuido al descenso de la delincuencia», afirmó el obispo.

Colindres sostuvo que dicha mediación fue «una iniciativa pastoral de la Iglesia católica y del obispo castrense de El Salvador, no de una petición del ministro de Justicia y Seguridad», David Munguía Payés.

«Mucho menos (se trata) de una negociación entre el Gobierno y pandillas o de la Iglesia con las pandillas o de la Iglesia mediando para que el Gobierno negocie con las pandillas; de esto no hay nada, sencillamente se trata de una iniciativa inédita», remarcó.

El anuncio de Colindres surgió en medio de la polémica desatada hace una semana por versiones de prensa sobre la supuesta negociación del Gobierno con las pandillas, que son los grupos más violentos que operan en este país de poco más de 6 millones de habitantes y donde en 2011 se registraron al menos 4.354 homicidios, según datos oficiales.

Todo comenzó el pasado día 9, cuando la Dirección de Centros Penales informó del traslado de 11 reclusos de un presidio de máxima seguridad a otros con menos restricciones.

Los reos resultaron ser jefes de pandillas y su traslado fue a cambio de que ordenaran a los miembros de sus grupos disminuir los asesinatos, publicó el pasado día 15 la prensa local, que no identificó las fuentes.

Al día siguiente, Munguía Payés negó cualquier negociación con pandilleros y dio tres versiones sobre el traslado de los reos: que planificaban una fuga masiva, para lo cual derribarían muros de algunas cárceles con unos cohetes Löw robados en Honduras; que el obispo castrense lo había pedido por razones humanitarias, y que habían cumplido parte de sus condenas.

Finalmente, el obispo sostuvo ayer que lo ocurrido realmente fue su mediación entre los grupos pandilleros.

Para el analista político Cañas «las razones expuestas para justificar el traslado de los pandilleros a cárceles de menor seguridad fueron variadas y un tanto inverosímiles».

La versión sobre los cohetes, destacó, «es muy delicada» porque demostraría «un escalamiento y una sofisticación» del armamento de las pandillas.

«Hoy, con las declaraciones del obispo, uno se puede hacer una idea (…), que nada es lo que aparenta», comentó Cañas.

En medio de la controversia se han alzado pedidos de transparencia y voces de rechazo o extrañeza, incluso de autoridades como el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Belarmino Jaime.

«Desconozco realmente las razones del traslado» de los pandilleros, pero «sí me parece un poco raro que se les pase a un centro penal con menos seguridad», dijo Jaime a periodistas.
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