Cuenta la historia que en el año 234 a.C. en el imperio romano nació Marco Porcio Catón. Fue tribuno militar, gobernador de Cerdeña, senador y censor de Roma, destacando por su oratoria. Asumió la responsabilidad de elaborar el censo teniendo la potestad de rechazar a quien no reuniese las virtudes necesarias. Político que alcanzara reconocimiento por su integridad, nunca utilizó recursos del Estado en beneficio propio, dedicando esfuerzo y empeño para que la sociedad recuperase las buenas costumbres, moral y valores primigenios que definían al pueblo romano.
Catón, fue incorporado al debate político por el presidente de Chile, Sebastián Piñera, a cuenta de los ataques mediáticos que estaba recibiendo en la campaña de 2017 tendentes a debilitar su imagen y candidatura. En una entrevista televisada del programa “Tolerancia cero”, panelistas y periodistas cuestionaron su ética y moralidad acusándole de haber comprado una empresa quebrada, sin activos ni patrimonio, incorporándola a su emporio financiero para pagar menos impuestos. Piñera les respondió: “Cuestionan mi integridad por una operación empresarial realizada hace veinte años. El gobierno, a través de una comisión liquidadora, puso a la venta en subasta pública una serie de bancos y empresas quebradas intervenidas por el Estado. La compra fue transparente, conforme a ley se pagaron los impuestos correspondientes. La cuestión penal se juzga en los tribunales de justicia, lo ético corresponde a la conciencia, y lo público lo decide la ciudadanía. Ustedes no son el oráculo de la verdad. El derecho a la libertad de expresión no les autoriza a juzgarme porque no son jueces, y tampoco son mi conciencia. Se adjudican un patrocinio que no les corresponde. Ustedes no son los catones de la moral.”
En Honduras soportamos a políticos fracasados que dan cátedra a los catones chilenos. Se arrogan un patrocinio que no les corresponde como censores de la moral, mientras la podredumbre asoma por la puerta de sus sepulcros. La sociedad los tiene perfectamente calados. Hemos sido testigos de hasta donde son capaces de prostituir los fundamentos de la democracia buscando el poder, sin importarles el costo para el pueblo. Trileros subidos a pedestales de la virtud, durante tres años profetizando una realidad inminente que nunca se materializó porque era virtual, solo deseos.
Orlando Zelaya (OZ) llama a su movimiento “Recuperar Honduras”, un desatino cuando no es capaz de recuperar ni a su propio Partido Liberal. Como buen trilero simula dones que no tiene: humildad, empatía y tolerancia. No suficiente con debilitar al partido por su fracaso electoral, tiene la prepotencia de establecer un parteaguas, colocándose en el “lado correcto” junto a pesebristas y palmeros, desterrando al “lado oscuro” a los liberales que le adversan. No entiende que la política no tiene lados, porque para que haya un rio se necesitan las dos riberas. No piensa unificar la familia liberal porque dice que “el agua no se mezcla con el aceite”. La soberbia le obnubila. Agua y aceite tienen entidad y cualidades propias, necesarios sin tener que mezclarse. ¿Este es el «Catón de la moral» que pretende recuperar Honduras? Imaginemos lo que sería para la democracia implementar esa política inquisitorial y fascista desde la presidencia de la República. No da la talla. Hipócrita moral, sin capacidad ni la visión que se requiere para unir al Partido Liberal en torno a un proyecto ganador.
Al prócer nefelibata no le veremos en foros políticos exponiendo sus ideas para solucionar, por ejemplo: el agujero negro de la ENEE; la “Cosa Nostra” que controla el sector transporte; el alcance de la Seguridad Nacional; el rol constitucional de las FFAA… No tiene criterio propio. Sin formación política se especializó en pepenar noticias subiendo basura a las redes fecales. Dice que en la política no había gente inteligente hasta que él llegó. Deambula perdido en su ego. Recientemente, durante una entrevista por televisión le dio al presentador la primicia de su nueva paternidad en ciernes. Días después dijo que a su esposa se le había retrasado la menstruación. Sin rubor busca atención mediática irrespetando incluso su propia intimidad familiar. Mentalmente esta desubicado. Se maneja en política como si estuviese presentando su concurso por televisión. ¿Este es el «Catón de la moral» que salvará a Honduras?
“Ustedes no son el oráculo de la verdad. Se adjudican un patrocinio que no les corresponde. Ustedes no son los catones de la moral.” -Sebastián Piñera-