México.– Carolina tiene 37 años, ojos cafés, mirada dulce y una tenacidad que le permitió poner a salvo a su familia en México tras escapar de las garras de Barrio 18, una poderosa pandilla que opera en Centroamérica.
La familia de Carolina huyó de su natal Tegucigalpa, la capital hondureña, porque los miembros de Barrio 18 la extorsionaban desde hacía un año reclamándole un cantidad cada vez más elevada de dinero semanalmente para «vigilar su comercio».
«Empezaron pidiéndome 500 lempiras semanales (21,31 dólares), después fueron 1.000 (42,62 dólares). Además de eso teníamos un restaurante-bar y ellos llegaban a consumir, llevaban amigos y teníamos que darles (de comer y beber)», lamenta Carolina en una entrevista con Efe.
Ella y su marido trasladaron su negocio, pero a los tres meses los encontraron. «Nos sentenciaron, nos dijeron que si nos volvíamos a mover nos iban a matar a mi esposo, a mí y a un hermano mío, y que a nuestros hijos los iban a agarrar para pagar una deuda que nunca tuvimos con ellos», relata.Leer nota completa.