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Cantautor hondureño Aurelio Martínez murió en accidente aéreo el día que cumplía 56 años

Tegucigalpa – El cantautor hondureño Aurelio Martínez, una de las al menos trece víctimas mortales registradas por el Cuerpo de Bomberos en el accidente aéreo del lunes en la isla de Roatán, en el Caribe de su país, falleció el día en que estaba cumpliendo 56 años.

Natural de Plaplaya, departamento de Gracias a Dios, al este, en el Caribe de Honduras, donde nació el 17 de marzo de 1969, Martínez se dedicó desde muy joven al arte musical y pronto pasó de ser un cantante, percusionista y bailarín de grupos artísticos, a fundador de bandas, dejando una rica escuela y decenas de canciones.

El artista, líder de la etnia garífuna, con ciudadanía estadounidense y que recibió varios premios a nivel nacional e internacional, era un embajador de la música hondureña, principalmente la garífuna, que se caracteriza por el ritmo conocido como ‘punta’.

Su deceso, junto con al menos otras doce personas en el accidente aéreo del lunes en Roatán, ha conmocionado a su país y la comunidad internacional, que ha expresado sus condolencias a sus familiares.

«Homenajeamos el talento y la vida de Aurelio Martínez Suazo. Extraordinario músico y cantautor estadounidense-hondureño que llevó con orgullo y pasión su música a escenarios globales. Nos honró con su amistad, voz y creatividad. Honduras está de duelo, pero su legado vivirá en cada ritmo que une a nuestros pueblos y cultura. Recordando su memoria», expresó la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu.

Martínez también fue diputado por el ahora opositor Partido Liberal ante el Parlamento de Honduras en el periodo 2006-2010, donde lamentó que los políticos no hacen bien las cosas a favor del pueblo hondureño, y llegó a decir que para poner pie en ese poder del Estado hay que tener el apoyo de los «dinosaurios de la cúpula política dominante».

El artista se inició en la música hace más de 25 años con el también reconocido cantautor hondureño Guillermo Anderson, fallecido en agosto de 2016 a los 54 años de edad, y quien es considerado quizá el mejor artista de la música que ha tenido Honduras.

Martínez llevó su arte a varios países de América, Europa, Asia y África.

El 8 de julio de 2010 se presentó, con sus ritmos garífunas, en Forde, Noruega, en el concierto de apertura de la vigésima primera edición de ese festival de folk, en el que participaron otras siete bandas y artistas procedentes de cuatro continentes.

Junto a Martínez, en ese concierto destacaron en el escenario el polaco Kroke, la mauritana Malouma y los húngaros Parno Graszt, en una velada que había comenzado con un mensaje de la reina Sonia de Noruega.

Martínez, acompañado de guitarras, timbales, maracas y demás percusión mostró toda la garra y el calor de los latinoamericanos con raíces africanas.

Además, en ese concierto tocó la guitarra y los timbales, zapateó, bailó y logró que la audiencia se pusiera en pie para seguir el final de su corta actuación y aplaudir vehementemente.

A inicios de diciembre de 2009, Martínez actuó en Londres en un concierto como despedida del programa de mecenazgo bianual puesto en marcha por la compañía relojera Rolex, gracias al cual había compartido escenario y experiencias con Youssou N’Dour, considerado como uno de los artistas africanos más influyentes.

Entonces, el artista hondureño, que saltaba a los escenarios con un risa fácil y un semblante muy jovial, dijo que había estado «casi un mes con Youssou y fue increíble. Conocí a su familia y su labor social, y creo que allí es más importante que el presidente del Gobierno».

Martínez decía que admiraba al artista senegalés Youssou N’Dour por su entrega favor de los más pobres.

Durante su estancia en Senegal Martínez no sólo cumplió el sueño de conocer a Youssou N’Dour, sino que también subió al escenario con él para actuar ante 45.000 personas en la inauguración de un estadio deportivo.

Aunque también cantaba música en español, Martínez le daba prioridad a su lengua garífuna, como una muestra para defender la identidad de su etnia, que ha sido discriminada a lo largo de su historia de más 200 años.

Con la idea de ayudar a los garífunas de su país desde el Parlamento, fue diputado, pero al finalizar su período de cuatro años, en 2010, se fue resignado y admitiendo que su carrera artística no era compatible, al menos con la entonces política tradicional bipartidista que marcaba a Honduras. JS

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