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Brevedad

Daniel Meza Palma

CIENES, adscrito a la Universidad de Chile, en los años 70 en un curso de Técnicas Estadísticas enseñaba que el resultado de una investigación podía explicarse con tablas, gráficas o de manera narrativa. En la práctica, los lectores encuentran con frecuencia que las tres variantes se utilizan simultáneamente y enfrentan un texto repetitivo que resulta oneroso en términos de dinero y tiempo.

Un artículo de Sylvia Nogueira, 2019, referente a la comunicación de temas científicos y publicado en http://aargentinapciencias.org/ revela las normas que la American Psychological Association (APA), la UNESCO y SCIELO (Brasil) recomiendan al respecto.

La brevedad en la era digital y de las tecnologías de información de cualquier tipo de escrito más allá de lo científico es importante para los escritores, publicistas y lectores deseosos de información de su interés, que sobrepasados por el volumen de información que se genera a diario, están obligados a exigir a los suministradores, resumir en lenguaje directo y sencillo, evitar el exceso de palabras y omisiones al mismo tiempo que mantienen el equilibrio entre lo suficiente y lo necesario.

Organizaciones que publican periódica o diariamente se han adherido a la pauta de la brevedad, para preservar vigente los puestos que como comunicadores de información y conocimiento han alcanzado y mantenido mediante el ejercicio sistemático de compartir los resultados de sus investigaciones y mantener inalterable el ´consumo´ de un mercado ávido de información, pero con una cota de tiempo finita distribuida entre sus preferencias y el tiempo que deben destinar a otras ocupaciones cotidianas.

De hecho, se aprovechan las tecnologías disponibles y los canales de las redes sociales para socializar información. Desde artículos de blog con un promedio de 500 palabras, hasta documentos breves con un límite de 30 páginas; pasando por fotos, videos y conferencias vía Zoom para en tiempo real alcanzar audiencias dispersas ubicadas alrededor del mundo.

La brevedad vinculada a la velocidad de los eventos se evidencia en la consecución de la vacuna para combatir el COVID-19. Se quemaron etapas para obtener lo requerido en tiempo récord.  A vía de comparación la vacuna contra el VIH tiene 40 años de buscarse y aún sigue pendiente. En un panorama donde urgencias en todos los ámbitos obligarán crear soluciones rápidas con cero tolerancias a la espera de resultados plasmados en documentos escritos con el rigor científico reconocido hasta ahora, los protocolos se modificarán o estarán sujetos a su derrumbe.

Twitter es quizá el mejor referente de brevedad. O el tuit se acomoda a los 280 caracteres permitidos o el tuitero se arriesga con digresiones, repeticiones, redundancias o expresiones ampulosas a crear ´hilos´ que difícilmente serán leídos o vistos.

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