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Bill Richardson: «los muros entre naciones están destinados al escombro»

Madrid – El gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, dijo hoy que EEUU necesita una reforma migratoria «realista y humanista» y no una barrera que le separe de México, ya que «los muros entre naciones están destinados al escombro».
 

Richardson, que intervino en la Tribuna Iberoamericana que organizan Casa América de Madrid y la Agencia Efe, manifestó que en 2009 puede darse «la mejor oportunidad» para que en Estados Unidos se apruebe «una ley comprensiva en materia de inmigración».

Esa oportunidad se dará si el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, gana las elecciones de noviembre, porque el senador «puede unir a demócratas y republicanos» en esta cuestión.

Richardson argumentó que la nueva política migratoria debe tener dos aspectos principales: «más seguridad tecnológica en la frontera y más personal para vigilarla, pero también un plan para legalizar a los 12 millones» de personas que viven ilegalmente en EEUU.

«El liderazgo presidencial será crucial y en el año que entra, después de la inauguración del nuevo presidente, se dará un tiempo de luna de miel en el que se puede aprobar un acuerdo migratorio. Es muy necesario, porque el país está muy dividido», dijo.

El gobernador aludió a la imposibilidad de expulsar a 12 millones de personas del país y pidió «un proceso justo y firme» para su regularización, al tiempo que mostró muy crítico con el proyecto de construir un muro que se extendería por 1.200 kilómetros de los 3.500 que separan los territorios de Estados Unidos y México.

En el marco del «nuevo realismo en política exterior» que defendió para la futura Casa Blanca si Obama es elegido presidente, Richardson subrayó que Washington debe volver a «la ética y los principios» y «al impulso de la diplomacia y la multilateralidad».

Eso incluye «dialogar con los países con los que no estamos de acuerdo», entre los el ex embajador de EEUU ante la ONU citó a Irán, Corea del Norte, Venezuela y Cuba, recordando que «la diplomacia y el poder militar son complementarios entre sí».

El futuro presidente, afirmó, debe propiciar nuevos tratados de control armamentístico e incentivar a países como Irán y Corea del Norte para que abandonen sus programas nucleares, teniendo en cuenta que «ninguna nación ha renunciado nunca a ellos por la presión».

«También debemos dialogar con Cuba y Venezuela», añadió Richardson, quien abogó por eliminar el embargo a La Habana -«no ha resultado en nada positivo»- y por «un diálogo directo con el presidente (Hugo) Chávez, a ver si resolvemos nuestras diferencias».

Sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aseguró que «va a seguir vigente, pero vamos a tratar de mejorar los acuerdos sobre medio ambiente y derechos de los trabajadores», y sobre la relación con México expresó todo su apoyo al presidente, Felipe Calderón, en su «valiente» lucha contra el narcotráfico.

También defendió «fortalecer los nexos con el Mercosur», una ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU «para incluir a una nación latinoamericana» y la elaboración de «una nueva Alianza para el Progreso con América Latina, siguiendo los principios que enunció John Fitzgerald Kennedy hace ahora 50 años».

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