Bakú/Tiflis.- Azerbaiyán ha aceptado posponer por 10 días la retirada de los armenios de la región de Kelbajar en el marco del cumplimiento del acuerdo de paz sobre Nagorno Karabaj, informaron este domingo las autoridades de Bakú.
Según el asesor de la Presidencia azerbaiyana, Jikmet Gadzhiev, la respectiva petición fue cursada por Armenia con la mediación de Rusia.
«La parte armenia pidió prolongar el plazo hasta el 25 de noviembre», agregó el funcionario quien dijo que las condiciones climáticas y geográficas del lugar, así como una única carretera para salir de Kelbajar, fueron el motivo de la petición realizada por los armenios.
A su vez, el jefe del Departamento de Cooperación Internacional, Guséin Majmudov, afirmó que las tropas azerbaiyanas están listas para entrar en Kelbajar, enclavado entre Armenia y Nagorno Karabaj.
Majmudov señaló que Ereván está cumpliendo los compromisos asumidos y ha iniciado la retirada de los civiles y militares de Kelbajar, y mostró imágenes de vídeo con caravanas de vehículos de varios kilómetros en una carretera estrecha que se dirigen en dirección a Armenia.
Las fuerzas armenias ocuparon Kelbajar tras la guerra de 1990 con Azerbaiyán, junto con otras seis regiones alrededor de Nagorno Karabaj.
Todos estos territorios, así como cerca del 30 % del territorio de Nagorno Karabaj, tienen que pasar bajo el control de Azerbaiyán para el 1 de diciembre, según el acuerdo firmado el pasado 10 de noviembre.
En las redes sociales corren varias imágenes, mostrando a los habitantes de Kelbajar que recogen algunas de sus pertenencias y queman sus casas antes de abandonarlas para evitar que caigan en manos de las fuerzas azerbaiyanas.
Mientras, en Armenia continúa la grave crisis política desatada tras la firma del «doloroso» – según el primer ministro, Nikol Pashinián- acuerdo con Azerbaiyán.
La oposición del país exige la dimisión inmediata del jefe del Gobierno, al que acusa de «traidor».
Uno de los líderes de la oposición, el exjefe del Servicio de Seguridad de Armenia, Artur Vanetsian, fue acusado ayer por las autoridades de «intento de usurpar el poder» y «preparación del asesinato» del primer ministro, cargos que la defensa de Vanetsian ha rechazado tajantemente.