Managua – La Policía de Nicaragua volvió a revisar este sábado la cifra de muertos tras un ataque armado ejecutado por supuestos invasores de tierra contra una aldea indígena de la reserva de biosfera Bosawás, en el noreste del país, que según el nuevo reporte dejó cuatro fallecidos.
El reciente informe policial habla de cuatro muertos y sustituyó al primero emitido por la institución el jueves 30 de enero en el que reportó primero solo dos indígenas muertos, y contradijo la versión de los testigos sobre seis víctimas.
Según el último reporte policial, fue ayer viernes que los agentes encontraron los cuatro cuerpos de los indígenas y no el jueves, como informó inicialmente.
Las víctimas, cuyos «cuerpos presentaban impactos de bala», fueron identificadas como Jarle Samuel Gutiérrez, Juan Emilio Devis Gutiérrez, Cristino López Ortiz, y Amaru Rener Hernández.
Un día antes la Policía había reportado únicamente dos víctimas de sexo masculino, sin brindar sus identidades, lo que desató controversias, debido a que los testigos reportaron al menos seis indígenas muertos.
Las autoridades policiales, que no explicaron por qué emitieron dos informes con datos diferentes sobre la misma investigación, mantuvieron la versión inicial de que no hay personas secuestradas, aunque fuentes relacionadas con los indígenas sostienen que al menos seis continúan desaparecidos.
El ataque contra los indígenas ocurrió la tarde del pasado miércoles, en la localidad Alal, cuando decenas de «colonos» (invasores) armados atacaron a los indígenas que trabajaban en el campo, e incendiaron sus viviendas.
Los ataques de «colonos» contra indígenas se han multiplicado en los últimos diez años.
Según la Policía Nacional, el ataque fue ejecutado por una banda de delincuentes que denominó «Chabelo», de quienes no reveló sus identidades.
Al menos 20 indígenas han muerto en dichos ataques desde 2015, según datos de la organización Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil).
La Cejil ha advertido que los indígenas del Caribe de Nicaragua corren el riesgo de ser exterminadOs y se encuentran en una grave situación de abandono y vulnerabilidad debido a la constante invasión de sus territorios.
Los indígenas del Caribe nicaragüense reclaman que no se respeta la autonomía de sus territorios, y que los «colonos» han provocado asesinatos, secuestros, heridos, y desplazamientos forzosos, así como la pérdida de 1,5 millones de hectárea de bosques desde 2009.
