Gerardo Ortega estaba comprando ropa cuando recibió el disparo de un pistolero, que se dio a la fuga pero fue capturado por la Policía minutos después, indicó la emisora RGMA.
Ortega, casado y con cuatro hijos, era un comentarista influyente muy crítico con la administración provincial y contra numerosos proyectos de explotación minera en todo el país.
La Unión Nacional de Periodistas de Filipinas (NUJP, por sus siglas en inglés) denunció que con el fallecimiento de Ortega, que compaginaba su trabajo de veterinario con el de comentarista radiofónico, son 142 los periodistas asesinados en Filipinas desde el restablecimiento de la democracia en 1986.
La NUJP recordó que, en caso de que se demuestre que el crimen está relacionado con el trabajo de comentarista de la víctima, sería el segundo asesinato de un periodista bajo el mandato del presidente Benigno Aquino, que tomó posesión el 30 de junio.
El primer homicidio contra un periodista con Aquino en el poder fue el del locutor radiofónico Miguel Belen, tiroteado al sur de la isla de Luzón el pasado mes de julio.
Según la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Filipinas fue en 2010 el cuarto país más peligroso del mundo para practicar esta profesión, con cinco asesinatos, superado por México, Honduras e Irak.