Miles de ciudadanos de la “antañona” Comayagua colaboran desde la víspera de la Semana Mayor para culminar con las mejores y más coloridas alfombras de todo el territorio nacional.
Turistas europeos, norteamericanos, centroamericanos, asiáticos y de toda Honduras llegan a la ciudad colonial para presenciar las míticas alfombras que decoran las principales calles de esa zona del país.
Este 2013, este atractivo turístico y religioso tiene un ingrediente especial, pues se cumplen 50 años de tradición en la elaboración de las alfombras del Viernes Santo.
Desde niños hasta ancianos ayudan para que esta tradición no muera. Las alfombras religiosas tradicionalmente se confeccionan en este municipio durante la procesión del Viacrucis y el Santo Entierro que atrae a cientos de turistas.
Sin duda, el evento más atractivo es la elaboración de alfombras de aserrín que se lleva a cabo en las calles de la ciudad para prepararle, y hacerle más agradable a Jesucristo el camino rumbo a la cruz. Para ello, se elaboran más de 50 alfombras, las cuales son un esfuerzo de varias familias e instituciones que llevan años realizando este magnífico trabajo artesanal.
En Tegucigalpa también las elaboran
Mientras en Tegucigalpa, capital de Honduras, un grupo de familias se integra a la tradición de la creación de alfombras de aserrín, cada Viernes Santo.
Nelson Omar López, una de las personas que participa en esta actividad, manifestó que desde hace ocho años, forman parte de la tradición de elaborar alfombras.
La alfombra de varios metros comprende una serie de imágenes como la de María, las Tres Cruces, otras que simbolizan el amor a Jesucristo, el vino y el pan.
La elaboración de moldes, teñido de aserrín, tuvo una duración de unas tres semanas para que hoy puedan disfrutarse en todo su esplendor.