Tegucigalpa – La Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), informó que para el 31 de diciembre se prohibía la quema de monigotes en la capital hondureña, sin embargo horas más tarde recularon la determinación y aclararon que se procederá a decomisar los que están rellenos de pólvora.
– La polémica medida tuvo que ser cambiada ante la reacción molesta de centenares de capitalinos.
Así lo declaró el subjefe de operaciones del Juzgado de la Policía Municipal, Saúl Vásquez, quien acentuó que se decomisará todo monigote que contenga productos explosivos y que representen peligro para la población.
#EncuestaPD???? ¿Cómo califica la medida de la AMDC de prohibir la quema de monigotes en la celebración de fin de año?
— Proceso Digital (@ProcesoDigital) December 27, 2019
“Todo lo que tenga que ver con pólvora se va hacer decomiso como son esos monigotes ya que estos al final del año los llenan de pólvora y los revientan siendo un peligro para la humanidad”, declaró Vásquez al telenoticiero Hoy Mismo.
Justificó la ordenanza municipal en base que los monigotes contienen pólvora que contradice la política “cero pólvora” en las fiestas navideñas.
Indicó que han hecho decomisos y han quemado monigotes en estos días y afirmó que en los próximos días incrementarán los operativos, fechas que se venden más estas figuras.
El funcionario municipal señaló que los vendedores de monigotes utilizan el dinero para comprar más pólvora.
Hizo un recordatorio a los vendedores de monigotes que la multa por estas acciones irá de cinco mil hasta 60 mil lempiras.
Vásquez apuntó que cuando un policía municipal va a los puestos de venta de monigotes, los encargados huyen dejando abandonado los llamados pichingos.
Expuso que cualquier persona que quiere quemar monigotes debe pedir permiso en la Alcaldía justificando el evento y presentar las medidas de seguridad del caso.
La quema de monigotes es una tradición de fin de año que se realiza en Honduras y consiste en encender figuras gigantes de personajes nacionales a las 12:00 de la madrugada del 1 de enero.
Pequeños comerciantes se dedican a la elaboración de los monigotes, los que venden a precios módicos a los capitalinos que los rellenan de cohetes y los queman la medianoche del 31 de diciembre.