Parkland – Nikolás Cruz es un joven de 19 años, de origen hispano, al que le espera una condena a muerte por el asesinato a sangre fría de 17 alumnos y profesores de un colegio de secundaria de esta población en el condado de Broward, en el sur de Florida.
Cruz se presentó ante un juez y por medio de su abogada de oficio, Melisa McNeil reconoció ser el autor de la masacre y dijo sentirse “arrepentido“.
El joven fue acusado de 17 cargos de asesinato premeditado y se expone, cuando sea juzgado, a una condena a muerte.
Entre los muertos, hay 15 estudiantes del Marjory Stoneman Douglas High School y dos profesores. Tres de los muertos son alumnos latinos, entre ellos un venezolano.
Cruz había sido expulsado en el pasado del colegio por mal comportamiento y por haber amenazado a una compañera.
Nikolás Cruz cuando fue detenido por la policía.
El conflictivo joven había quedado huérfano y había sido adoptado por una pareja de Nueva York. Pero los dos padres adoptivos habían muerto y Cruz fue a vivir con un amigo, James Snela y trabajaba ocasionalmente en una tienda “Dollar Store” de Parkland.
He visitado Parkland, una tranquila localidad situada entre Boca Ratón y Pompano Beach, en el sur de la Florida y a unos 50 kilómetros de Miami.
Frente al colegio, con cerca de unos 2,000 alumnos, todavía hay camiones de las cadenas de televisión que han estado transmitiendo al mundo esta horrible tragedia.
Joaquín Oliver, de 17 años, venezolano, víctimaLos vecinos y familiares de los sobrevivientes han empezado a poner ramos de flores y están creando un monumento en recuerdo de las víctimas y en espera de noticias de los 12, mucho de ellos graves.
Una señora latina que dice llamarse Leticia ha venido con su hijo de 14 años, que ese día no pudo asistir a clases y se salvó de la masacre.
“Oiga usted, una como madre tendrá que enviar a su hijo al colegio de ahora en adelante con chaleco antibalas y un casco por seguridad…que tragedia a lo que hemos llegado”, se queja la señora.
Un señor americano se queja que el gobierno tiene la culpa por no imponer un control de las ventas de armas.
En Washington, el presidente Donald Trump lamentó la tragedia y dijo que había que solucionar el problema de las enfermedades mentales de estos jóvenes violentos.
Gina Montaldo, víctimaPero en ningún momento hizo mención al control de armas.
Muchos congresistas y senadores reciben donaciones millonarias de la influyente y poderosa Asociación Nacional del Rifle.
Cruz compró el año pasado, y por ser mayor de 18 años y tener un historial delictivo “limpio”, un rifle automát5ico AR-15 en la tienda “Sunrise Tactical”, de la vecina ciudad de Coral Springs.
Este miércoles pasado, cogió de su casa un taxi Uber y se dirigió a su antiguo colegio.
Entró al edifico y activó las alarmas de incendio. Mientras salían los alumnos de las clases corriendo, empezó a disparar a sangre fría.
Martín Duque, víctimaLuego subió al tercer piso, donde escondió la mochila con el rifle y las municiones restantes. Bajó y se unió a los demás alumnos que escapaban, esta vez no de la alarma de incendio, pero de la masacre.
He recorrido a pie el camino que hizo Cruz para fugarse.
Por la calle Coral Springs Drive, fue caminando. Se paro en una tienda Walmart para comprar una bebida. Luego se fue tranquilamente a un establecimiento de McDonald e hizo cola para ser atendido y comprar comida.
Al salir, fue reconocido por el policía Michael Leonard que lo detuvo y lo empujo al suelo, ya con las esposas. El joven no opuso resistencia.
