Agenda municipal próxima

Por: Mario E. Martín

Tegucigalpa.- Una de las ventajas de los analistas independientes es que, como  outsiders  podemos ver lo que motiva a los  insiders  que se esfuerzan por los resultados parciales, de corto plazo y de sesgo más político que de desarrollo.  Me declaro aquí con orgullo un  outsider además de ser un analista del tema de desarrollo local y urbanización.

Siendo el tema del desarrollo local una plataforma incuestionable compartida teóricamente en todos los planes, promesas y visiones de los líderes políticos que nos conducen, pero además estrategia indispensable reconocida en las teorías prevalentes de desarrollo (Naciones Unidas, Plan de Nación, etc.) nos sorprende que, en las vísperas de la renovación de autoridades locales en las elecciones de este a ño, todavía no se perfilen intenciones de atacar el desarrollo local de frente, como estrategia nueva hacia el progreso integral.

Parece que – aunque seguimos siendo uno de los países de mayor desigualdad de ingreso y oportunidades económicas del Continente – estamos perpetuando el mismo error: seguir haciendo lo mismo esperando lograr cambios; una misión imposible a pesar de las declaraciones de intención de la cooperación externa.

Desarrollo local significa un cambio de paradigma y estrategia, aunque el concepto es totalmente coincidente con modelo incluyente y la participación ciudadana y no significa olvidar la mayoría rural, dispersa, inerte y no beligerante de los pobladores fuera de las ciudades.  En primer lugar, no existe ya esa polarización rural-urbana – es más bien un continuo y complejo proceso, pero, en segundo lugar, si insistimos en categorizar, las estadísticas nos muestran que ya la mayoría de la población vive en asentamientos catalogados como urbanos.

Una percepción superficial de lo que pasa en todas las ciudades intermedias revela la dependencia de los pobladores rurales de las actividades urbanas: comercio, servicios, transporte, comunicación y hasta patrocinio político.  Además de ser la fuente del poderoso fenómeno de emigración.  Así como también revela el desconocimiento que tienen los líderes y ciudadanos de su propio territorio y sus oportunidades y riesgos.

Esta circunstancia es prevalente en los municipios conurbados que, aunque pequeños de territorio, forman parte de complejas economías metropolitanas, caso sobresaliente el del valle de Sula, más de 10 municipios alrededor de la municipalidad de San Pedro Sula.

Lo que estamos diciendo es que el ente municipal, desde siglos el ámbito del desarrollo local según nuestro historia y constitución, es inescapablemente el primer nivel de la práctica democrática, republicana y representativa.  Por lo tanto, debemos fortalecerlo y ponerlo en operación en todos sus atributos.  Esto va desde empoderar su función de administrador del territorio y recursos, de gobernanza, de gestión y de agente de cambio hasta fortalecer la conciencia ciudadana por medio de la educación.

La coyuntura actual es desalentadora.  Por un lado, el mandato de todos los partidos parece ser asegurar la elección según el mandato de las autoridades centrales manejadas en su mayoría por políticos tradicionales sin participación.  Por otro lado, los mismos aspirantes a alcaldes y regidores se acomodan a lo acostumbrado, sin deseos de sacudir la estructura rescatando las atribuciones municipales o crear ondas de cambio que parecen revolucionarias, traumáticas o desestabilizadoras.

Pero, además, no ven el horizonte de cambio que enfrentamos como país, de competitividad, de atracción de inversiones, de enfoque empresarial, de eficiencia de gestión y de empoderamiento de las bases.  Sin mencionar los múltiples nuevos modelos lanzados por el gobierno de Zedes, de APPs y de integración regional, para mencionar solo tres.

Nos es sorprendente que, habiendo ya iniciado la preparación de planes de ordenamiento territorial, planos integrales de desarrollo, planes de ciudades inteligentes y auto sostenibles, no haya un movimiento de formación profesional correspondiente, dirigido a funcionarios, profesionales, líderes comunitarios y empresarios es decir no nos preparemos para participar.  Tal evidencia existe en la situación actual de San Pedro Sula, Santa Rosa de Cop á n, Tela y Gracias.

Pero como outsiders no debemos ser críticos no constructivos.  Reiteramos que, en esta coyuntura de cambio de gobierno, con reelección o sin reelección, la oportunidad de revisar paradigmas y visión a mayor plazo es clave, y hay que aprovecharla. Se invitan comentarios a: marioemartin69@gmail.com.

 

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