Las otras víctimas son la esposa del embajador de Brasil en Honduras, Janet Chantal Nelle; el piloto de la aeronave, César D’Antonio, de nacionalidad salvadoreña, los estudiantes universitarios Josué Aguilar Núñez de 21 años y Gustavo Tróchez de 18 años, quienes iban en uno de los vehículos sobre los que cayó el avión.
Dos de los cuerpos que quedaron atrapados en uno de los tres vehículos aplastados por la pesada aeronave fueron recuperados al filo de las 7:00 de la noche. Ellos se conducían en un vehículo Toyota Tacoma, color azul.
La muerte de Brautigam, de nacionalidad nicaragüense, fue confirmada por fuentes del estatal Hospital Escuela y del propio Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que tiene su sede en Tegucigalpa.
El piloto fue identificado como el salvadoreño César D’Antonio, informaron a la prensa fuentes de la Dirección de Medicina Forense y del Hospital Militar de Tegucigalpa, a donde ya llegó fallecido.
El comandante del Cuerpo de Bomberos, Carlos Cordero, dijo a periodistas que hasta ahora han sido confirmadas cuatro muertes a causa del accidente del avión, un Airbus-320, pero fue hasta las 6:50 de la tarde que se confirmó la quinta víctima.
Al menos 58 pasajeros heridos fueron internados en el Hospital Militar, el Hospital Escuela, el Instituto Hondureño de Seguridad Social y el Honduras Medical Center (privado), según un recuento preliminar basado en fuentes de esos centros asistenciales.
La mayoría de los heridos está fuera de peligro, pero el estado de algunos es de gravedad, según esas fuentes médicas.
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, lamentó el accidente y anunció que ordenará que los grandes aviones ya no aterricen en el aeropuerto internacional Toncontín de Tegucigalpa, sino en la base de Palmerola, construida en los años 80 del siglo pasado por Estados Unidos y situada unos 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
Hasta ahora, la aerolínea salvadoreña Transportes Aéreos del Continente Americano (TACA) no ha brindado un listado oficial de pasajeros, que totalizaban unos 142 más cinco tripulantes, incluidos los dos pilotos, dijo a Acan-Efe el gerente de la empresa en Honduras, Armando Funes.
El avión se salió de la pista de Toncontín tras aterrizar procedente de El Salvador, y cayó en una calle muy transitada, donde destruyó o dañó al menos dos automóviles, poco antes de las 10.00, hora local (16.00 GMT).
El avión rompió la cerca al final de la pista, cruzó la calle y estuvo a punto de estrellarse en un puente de desnivel.
La aeronave se partió en tres y sus dos motores se desprendieron de las alas, según se constató.