París – Pantalones vaqueros, chalecos y camisas fueron tres de las prendas más destacadas de la colección rematadamente joven con la que el norirlandés Jonathan W. Anderson debutó este viernes al frente de la icónica casa Dior, en uno de los desfiles más esperados de la semana de la moda masculina de París.
El desfile más esperado en esta edición de la semana de moda masculina de la capital francesa, en el que se están presentando hasta el domingo las propuestas para la primavera-verano de 2026, ha tenido lugar hoy con Dior.
El nuevo responsable del conjunto de sus colecciones, el norirlandés Jonathan W. Anderson (1984), ha mostrado su primera colección para la icónica casa gala.
El pase ha tenido lugar en un espacio erigido a tal efecto junto al histórico complejo de los Inválidos, cuyo interior reproducía el de un museo.
La colección ha dejado en evidencia la continuidad de un estilo, el de Anderson, que desplegó con éxito en Loewe durante la larga década en la que estuvo al frente de sus colecciones, haciendo de la casa española una de las más deseadas del mundo.
En su debut en Dior, los cuellos de las camisas llegan listos para llevar pajarita. En varios de ellos se incluye esta, la pajarita, aunque también la corbata, rompiendo los códigos del vestir. Es como si Anderson quisiera dejar en evidencia que las reglas establecidas pueden ser transgredidas, como sucede en la moda que se aprecia en las calles.
Algunos looks parecían estar inspirados en veinteañeros de universidades americanas, con un desenfadado modo de anudar la corbata.
Desaliño calculado
En las propuestas de la segunda firma más importante del Grupo LVMH, tras Louis Vuitton, que desfiló el martes, han destacado un buen puñado de prendas donde se leía el nombre de la marca; todo muy cómodo y de impronta joven.
Un desaliño calculado, donde no ha faltado el punto y han estado ausentes los pantalones slim o ajustados. En esa prenda el vaquero fue la estrella, aunque también se han visto cortos. Los shorts de varias capas de tejido, vuelo y volantes han sido los que más atención han acaparado, por su originalidad.
Gran número de los materiales utilizados eran de aspecto grueso, así como no han faltado superposiciones de punto. Como si el diseñador previera una primavera-verano 2026 de temperaturas más bien bajas a nivel global, por culpa del cambio climático generalizado.
Las prendas más gruesas contrastaban con otras ligeras, caso de las camisas y camisetas, en una colección en la que había cuadros y rayas, así como -la mayoría- motivos lisos. Los calcetines blancos y con rayas han acompañado a mocasines.
En referencia a los colores, el gris, muy unido a la célebre ‘maison’, y por cuyas diferentes gamas sentía especial debilidad Christian Dior (1905-1957), se ha visto en la colección, junto a blancos, azules, camel y verdes, entre otros. La nota más viva la ha dado el rosa en varias propuestas.
Romper códigos
Es obvio que el estilo Anderson está más presente que el de Dior; como ocurre con otros grandes diseñadores de moda contemporáneos, caso de Hedi Slimane o Alessandro Michele, que más que adaptarse al estilo de la firma para la que diseñan, incluyen en el suyo algunas de las características de ella.
Hasta en la invitación al pase de Dior que se envió a los asistentes -muchos menos que de costumbre-, se percibía el estilo de Anderson: un plato en porcelana, con dos huevos fijados, que recordaba a algunas de las invitaciones más originales en su etapa en Loewe. Otro modo de romper los códigos.
Rihanna, imagen del perfume femenino J’Adore, así como el actor Louis Garrel, o los diseñadores Pharrell Williams, Pier Paolo Piccioli y Donatella Versace, entre otros, no han faltado al primer desfile de Jonathan W. Anderson para Dior.
Una casa que el próximo año cumplirá su 80 aniversario, con lo que se esperan interesantes sorpresas. EFE