Tegucigalpa – “El general Roosevelt Hernández dijo esta semana que las Fuerzas Armadas son un “instrumento del poder político”. La frase suena obediente, pero es peligrosa. Porque sí: en democracia, los militares deben estar subordinados al poder civil. Pero eso no significa que estén exentos de responsabilidad cuando cometen abusos, aunque digan que solo estaban “cumpliendo órdenes””, reflexionó este sábado el escritor Oscar Estrada.
El autor del libro “Tierra de Narcos” refirió que esta actitud ya se ha visto en el pasado, “no solo en Honduras, donde el alto mando militar expulsó a un presidente en pijamas y ahora uno de esos generales —Romeo Vásquez— enfrenta cargos por homicidio y abuso de poder. También pasó en países como Argentina, Chile o Colombia, donde la excusa de la obediencia terminó en juicios históricos contra generales que actuaron “por órdenes superiores””.
Estrada recordó que la Constitución hondureña no dice que las Fuerzas Armadas pueden hacer lo que les manden. “Dice que deben proteger el orden constitucional. Si ese orden se rompe, por más que la orden venga del presidente, del Congreso o de quien sea, los responsables tienen nombre y grado”, enfatizó.
En tal sentido, señaló el analista, “decir que son solo un instrumento es una forma elegante de evadir esa responsabilidad. Pero la historia, incluso la más reciente, demuestra que esa coartada no funciona. Y no debería de funcionar”, concluyó. VC