Tegucigalpa- Con lágrimas en los ojos y hojas de vida arrugadas por el tiempo, decenas de jóvenes se formaron una vez más en las largas filas de la feria de empleo realizada esta semana en el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop). El ambiente, más que de esperanza, reflejaba una mezcla de impotencia y cansancio.
“No tengo título, pero sé trabajar. Vine en el nombre de Dios, porque tengo que ayudar a mis padres que están enfermos”, expresó Paola Sánchez, de 24 años, con voz temblorosa.
Como ella, cientos de hondureños se han convertido en peregrinos del desempleo, deambulan de feria en feria, que realizan Cámaras de Comercio u otras entidades, en busca de una oportunidad que no llega. Unos ya ni siquiera esperan el empleo soñado, sino “cualquier cosa”, como dijo otro joven que se identificó como Alberto Cruz: “Quiero trabajar, aunque no tenga experiencia en algo, pero si no estás en un censo político, no te dan nada”.

Elecciones 2025: ¿Qué están proponiendo los candidatos?
Mientras los políticos alistan discursos para la campaña presidencial de 2025, el país clama por soluciones reales y no más promesas recicladas. Los precandidatos hablan de “transformación”, “cambio” y “desarrollo”, pero pocos han planteado con claridad cómo van a generar empleo formal, digno y sostenible.
(Leer) Definidas las posiciones en la papeleta para elecciones generales
Las cifras son contundentes. Según el boletín laboral de abril del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), 2.3 millones de personas tienen problemas de empleo, ya sea por desempleo abierto, subempleo o informalidad. La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) estima que la tasa real de desempleo alcanzó el 7.2% en diciembre de 2024, y lo más preocupante: la mayoría de desempleados pasan más de seis meses sin encontrar trabajo.
(Leer) Unos 5 mil empleos directos se perdieron tras el cierre de 92 fincas camaroneras
Detrás de cada número hay una historia humana. Como la de Dalila Hernández, quien con resignación afirmó: “Lastimosamente, estamos en un país donde si usted no está en un censo político, no le dan empleo”.

Jóvenes, mujeres y migrantes: los invisibles del sistema
Los más golpeados siguen siendo los jóvenes entre 15 y 29 años, que representan el 37% de quienes viven en la informalidad, según la OIT. Muchos de ellos ya ni siquiera buscan empleo formal: se lanzan a la economía de sobrevivencia o se plantean migrar. “Aquí uno se mata estudiando, pero si no hay conexiones políticas, no hay trabajo. A veces uno piensa que mejor se va”, confesó una joven recién graduada en una feria en San Pedro Sula.
(Leer) El plan fiscal de Trump amenaza flujos de remesas claves para Honduras y el resto de Centroamérica
La situación de las mujeres es igualmente crítica: además de enfrentar barreras culturales y discriminación, la mayoría de las que trabajan lo hacen en condiciones de informalidad, como familiares no remuneradas o trabajadoras por cuenta propia sin acceso a seguridad social.
¿Y los candidatos? El silencio laboral
Hasta ahora, ningún candidato ha presentado un plan concreto para revertir esta tendencia. Ni incentivos para las mipymes, ni propuestas claras para modernizar el sistema educativo y técnico, ni compromisos para invertir en infraestructura que dinamice la economía local. El debate público sigue centrado en ataques políticos, reelección, y alianzas, mientras el desempleo se vuelve una bomba social silenciosa.
Honduras genera apenas 8.1 dólares por hora trabajada, la productividad más baja de América Latina. Sin innovación, inversión privada y voluntad política, el país seguirá atrapado en el mismo círculo de pobreza, informalidad y migración, dijo a Proceso Digital, la oficial de Política Económica del Cohep Yeny Antunez.

Una exigencia nacional
A muy pocos días del arranque oficial de la campaña electoral, los hondureños no están pidiendo milagros. Están exigiendo empleo. Están suplicando un país donde no sea necesario marcharse para sobrevivir. Porque como bien lo dijo Alberto, el joven que pedía ser escuchado en la feria: “No queremos que nos regalen nada, queremos trabajar”.
(Leer) Oportunidades laborales, la mayor exigencia de los votantes
El desempleo sigue siendo el talón de Aquiles de Honduras, donde se enfrenta una de sus crisis más persistentes y estructurales: el desempleo. Aunque las cifras oficiales hablan de una tasa de desempleo abierto que ronda el 6%, el subempleo y la informalidad afectan a más del 50% de la población económicamente activa, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Especialistas advierten que el verdadero drama se vive en el empleo informal, donde más del 70% de los hondureños sobreviven sin acceso a seguridad social ni derechos laborales. “La precariedad laboral no solo es una realidad, sino una trampa de pobreza permanente”, señala Mario Palma, economista del FOSDEH.
A las puertas de la campaña electoral todos los sectores claman por una campaña de propuestas reales que ofrezcan verdaderos planes de gobierno que estén encaminados a buscar soluciones concretas a los principales problemas como el desempleo. LB