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Honduras atrapada en una deuda creciente

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Ester Bonilla) – El control de la deuda pública es fundamental para garantizar la estabilidad económica de un país y preservar su soberanía financiera, pero cuando los gobiernos recurren al endeudamiento de manera excesiva y sin una estrategia clara de inversión productiva, se generan presiones fiscales que limitan la capacidad del Estado para responder a las necesidades básicas de la población.

La deuda, lejos de ser un problema en sí misma, puede ser una herramienta útil si se destina a proyectos que impulsen el desarrollo, como infraestructura, salud o educación. No obstante, cuando el endeudamiento se destina mayoritariamente al gasto corriente o al pago de deuda antigua, se convierte en una carga que no mejora la calidad de vida de los ciudadanos, coinciden los especialistas.

En muchos casos, como ocurre actualmente en Honduras, el crecimiento de la deuda pública no se ve reflejado en avances significativos en la productividad ni en el bienestar de la población. A pesar del aumento en los niveles de endeudamiento, los indicadores sociales y económicos muestran poco o ningún progreso.

Esto revela una gestión ineficiente de los recursos y una preocupante desconexión entre las decisiones fiscales del gobierno y las verdaderas prioridades del país. En este contexto, es urgente fortalecer la transparencia y el control del gasto público para garantizar que cada lempira prestado se traduzca en beneficios concretos para la sociedad, porque es una deuda que le cuesta a cada hondureño que paga con sus impuestos.

Mario Palma, economista del Fosdeh.

Deuda no para de crecer

El jefe de investigación económica del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), el economista Mario Palma, advirtió que el país enfrenta una creciente y preocupante dependencia del endeudamiento, en un contexto en el que la deuda pública mundial ha alcanzado niveles críticos.

Palma afirmó que «el tema de la deuda es una crisis a nivel mundial». Para el 2024, la deuda global superó los 100 billones de dólares, una cifra alarmante que refleja una tendencia ascendente en la mayoría de los países. En el caso de Honduras, la deuda pública de la administración central alcanzó los 17,374 millones de dólares a final de 2024 entre deuda externa e interna y eso reflejó un aumento del 4% respecto a 2023.

En el primer bimestre del 2025 es notorio que la cifra de deuda sigue en aumento, “al culminar febrero de 2025, el sector público registró un saldo de deuda externa de USD 10,216.3 millones, presentando un aumento de USD 12.0 millones en comparación a diciembre del año anterior (USD10,204.3 millones)”, refiere el informe de Deuda Externa del Sector Público, del BCH.

A estas cifras se suman nuevos préstamos que recién aprobó el Congreso Nacional, con organismos internacionales para proyectos supuestamente en distintos sectores.

LEER: CN aprueba préstamos por más de 354 millones de dólares con organismos internacionales

Este endeudamiento, según el economista, representa aproximadamente el 48 % del Producto Interno Bruto (PIB), lo que indica una presión significativa sobre las finanzas públicas del país. “A pesar del sacrificio fiscal que hacen los hondureños, el país sigue en una senda de deuda que no está generando beneficios tangibles”, lamentó.

La deuda pública es creciente entre 2021 y 2024, el saldo de la deuda aumentó en 1,709 millones de dólares. Solo entre 2023 y 2024 subió un 4 %.

Endeudamiento sin inversión productiva y sin transparencia

Uno de los aspectos más preocupantes, según FOSDEH, es que la deuda no está siendo utilizada para inversión pública productiva, sino para apoyo presupuestario y gasto corriente, lo cual no genera desarrollo económico. “El compromiso debe ser que, si nos vamos a endeudar, sea únicamente para inversión productiva que dinamice la economía del país”, expresó Palma.

En 2024, la ejecución de inversión pública fue de apenas un 56%, lo que evidencia, a juicio del economista, una grave deficiencia en el uso eficiente de los recursos. “No basta con endeudarse; se necesita eficiencia, transparencia y honestidad en el manejo de estos fondos”, subrayó.

La especialista en finanzas públicas de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Liliam Rivera, anotó que, aunque la ejecución presupuestaria ha sido baja y los déficits fiscales controlados, el endeudamiento ha crecido. Entre 2021 y 2024, el saldo de la deuda aumentó en 1,709 millones de dólares, y los préstamos externos contratados ascienden a 1,885 millones, de los cuales el 48 % se ha destinado a apoyo presupuestario.

“La pregunta clave siempre es: ¿en qué se está usando el endeudamiento?”, subrayó Rivera. Para ella, lo ideal es que los fondos se destinen a inversión pública, que a largo plazo impacte en la productividad y calidad de vida. No obstante, criticó que “hay mucho gasto corriente”, lo cual presiona el Presupuesto sin generar retorno económico.

Según la experta, el servicio de la deuda representa ya el 24% del presupuesto de la administración central. “Una cuarta parte del Presupuesto se destina a pagar deuda, y mucha de la nueva deuda se usa para pagar deuda vieja”, lamentó.

Pese al endeudamiento en nombre de la lucha contra la pobreza, los beneficios de esa deuda no se están traduciendo en mejoras tangibles para la población. “El endeudamiento por sí solo no es malo. Lo preocupante es cuando no se ve reflejado en el bienestar de la gente”, sentenció, la técnica.

Liliam Rivera, de ASJ.

Doble discurso del gobierno

Liliam Rivera, recordó que, aunque el endeudamiento no es un problema de este gobierno sino de todos y los anteriores con la similitud que adquieren deuda para gasto corriente; pero el actual gobierno ha manejado un doble discurso en torno al endeudamiento público, generando señales mixtas para los mercados internacionales y contradicciones en el ámbito interno.

Rivera recordó que, al inicio de su mandato en 2022, la administración de la presidenta Xiomara Castro hizo hincapié en la crítica al elevado endeudamiento heredado, e incluso mencionó públicamente la posibilidad de una reestructuración de la deuda. “Eso generó bastante impacto en los mercados internacionales, porque cuando se habla de reestructuración, se entiende que se podría dejar de pagar y entrar en un proceso de reperfilamiento”, explicó.

Sin embargo, lejos de disminuir, el endeudamiento ha crecido. Rivera detalló que el gobierno reestructuró el Presupuesto General de la República y elevó los techos permitidos por la Ley de Responsabilidad Fiscal, tanto en términos de déficit como de endeudamiento. “Al aumentar esos techos, se incrementa automáticamente la capacidad de endeudamiento del país”, indicó.

El gobierno mantiene en su discurso que recibió una altísima deuda, en la política de endeudamiento público del año 2023, se hace referencia a un endeudamiento de aproximadamente de 20,000 millones de dólares. Pero la cifra oficial al 2021 era de 15,679.2 millones de dólares; el gobierno insiste en que a este monto se le debe sumar deuda de los fideicomisos heredados, mismos que fueron eliminados en la actual administración.

Durante las administraciones anteriores, se crearon mecanismos de participación privada o los fideicomisos como el de Alianzas Público-Privadas que a criterio de algunos críticos se administraron con poca transparencia.

Entre estos la deuda contraída a través de COALIANZA mediante las APP que superan los 651.1 millones de dólares, la deuda del fideicomiso «Tasa de Seguridad Poblacional» que totalizó 115.8 millones de dólares y la deuda Fideicomiso de Conservación de la Infraestructura Vial que ascendió a 30.5 millones de dólares. Estos fideicomisos se encuentran en estado de liquidación y posteriormente podrían sumarse u oficializarse como parte de la deuda, de acuerdo con los especialistas consultados.

Desde el inicio de su gobierno la presidenta Xiomara Castro se ha quejado de una deuda de 20 mil millones de dólares.

Presupuesto 2025 y nuevo endeudamiento

Para 2025, el panorama no es más alentador. Se prevé que el 30% del presupuesto general se financie con deuda. En los primeros dos meses del año, el saldo de deuda externa ya alcanza los 12 mil millones de dólares, producto de nuevos desembolsos, en su mayoría para gasto corriente.

Otro punto a notar en la Deuda Pública es que la composición de la deuda ha cambiado sustancialmente. De los 17 mil millones de dólares, 9,303 millones corresponden a deuda externa y 8,069 millones a deuda interna.

Algunos economistas apuntan que ya la deuda se ha equiparado casi 50 y 50 pero la deuda interna es más cara, mientras que la deuda externa tiene una tasa de interés promedio de entre 4% y 5%, la deuda interna ha llegado a colocarse con tasas de hasta 12%, con plazos más cortos y menor concesionalidad.

En ese sentido algunos especialistas indican que estamos recurriendo a deuda más cara y de corto plazo, lo que supone un mayor sacrificio para las finanzas públicas. En este punto otros especialistas apuntan que es prácticamente lo mismo en relación a condiciones si se toma en cuenta que la que se adquiere a nivel nacional se hace en moneda local y no existe el riesgo del deslizamiento del lempira.

Jubileo de la Deuda ¿puede favorecer a Honduras?

El Jubileo de la deuda externa, en el contexto del Año Jubilar 2025, se refiere a un llamamiento global para cancelar o reducir la deuda externa de los países en desarrollo. Esta iniciativa busca abordar la crisis de la deuda mundial y promover la justicia económica, siguiendo la tradición bíblica del jubileo que implica el perdón de deudas.

Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), 3.300 millones de personas viven en países que gastan más dinero en pagar su deuda externa que en sus propios sistemas sanitarios y otros 2.100 millones de personas viven en naciones que emplean más dinero en deuda que en desarrollar el sistema educativo en beneficio de sus ciudadanos.

En el Año Jubilar 2025, el recientemente fallecido papa Francisco hizo un llamado a la comunidad internacional para que se cancele o reduzca la deuda externa de los países más pobres. Ya el Vaticano, manifestó que pese al fallecimiento del sumo pontífice todas las acciones del Jubileo siguen su curso, tal como estaba previsto, luego que las nuevas autoridades lleguen a tomar posesión de sus cargos. En uno de sus artículos dedicados al Jubileo de la Deuda la revista ECCLESIA, hace mención a Honduras entre los países en los que persiste el alto endeudamiento.

En ese sentido, se ha lanzado una campaña global del Jubileo de la Deuda para movilizar a la sociedad civil y exigir acciones concretas para abordar la crisis de la deuda.

Para el economista Mario Palma, Honduras debe acompañar la campaña global del “Jubileo de la Deuda”, impulsada por la Iglesia Católica y otras organizaciones, en el marco del Año Jubilar 2025. “Desde FOSDEH estamos convencidos de que Honduras debe ser parte de esta iniciativa. Ojalá podamos cumplir con los requisitos y, sobre todo, que los beneficios realmente lleguen a la población”, expresó.

Recordó que Honduras ya fue beneficiada con la condonación de la deuda anteriormente con la Iniciativa para Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC), en la que jugó un papel fundamental el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, pero no se vieron frutos concretos en la reducción de la pobreza, por la mala administración de los recursos. “Ahora debemos subirnos al barco del jubileo y tratar de llevarlo a buen puerto”, anotó.

Llega un nuevo Jubileo de Deuda Externa promovida por el fallecido papa Francisco, casi sin opciones a ser beneficiada.

Obstáculos para reestructurar

Finalmente, Palma advirtió que actualmente las condiciones para renegociar o reestructurar la deuda son sumamente difíciles por múltiples factores, como el riesgo país, la desconfianza institucional y las complejidades del entorno económico global. Todo esto hace que el margen de maniobra para Honduras sea cada vez más estrecho.

Por su parte, Liliam Rivera en relación a la iniciativa del Jubileo de la Deuda, la especialista fue enfática en señalar que son pocas las esperanzas de que Honduras pueda acceder a un programa de tal naturaleza, sin embargo, dijo que para hacer un planteamiento “hay que ser muy creativos”.  Detalló que la mayor parte de la deuda externa de Honduras está en condiciones concesionales, con tasas de interés menores al 3 %, lo que son términos favorables y por otra parte un 25 % es deuda en condiciones comerciales, y por tanto difícilmente sujeta a condonación.

Pero a manera de una conclusión los conocedores del tema apuntan que la advertencia es clara, si no se toman medidas urgentes y responsables, el peso de la deuda seguirá limitando el desarrollo del país, drenando recursos esenciales y sacrificando el bienestar de generaciones futuras. LB

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