Buenos Aires – «Se fue uno de los nuestros». Con lamentos como este, Flores, un barrio de clase trabajadora de Buenos Aires, despide este lunes a Jorge Mario Bergoglio, el más ilustre y querido de sus vecinos entre una amalgama de tristeza y gratitud.
Este distrito del centro-oeste de la capital argentina, que vio nacer y crecer a Bergoglio, lo recuerda como un ‘papa de barrio’, quien de niño jugó en sus calles, compartió la vida cotidiana de familias nacidas de la migración española e italiana y sirvió a los sectores más pobres de la barriada.
«Estoy muy triste. Perdimos a uno de los nuestros», dice a EFE Juan, un vecino que, entre lágrimas, apoya con respeto su mano en la placa que señala la humilde casa de la calle Varela donde el 17 de diciembre de 1936 nació Jorge Mario, el mayor de los hijos de Regina María Sivori y de Mario José Bergoglio.
A pocas cuadras de allí, sobre la calle Membrillar, está la casa en la que Jorge vivió la mayor parte de su infancia, su adolescencia y hasta que a los 22 años ingresó al seminario. A sus puertas, los vecinos dejan flores y velas.
En este vecindario, como en la mayoría de las comunas de Buenos Aires, el fútbol forma parte de la vida cotidiana. En la esquina de su casa hay un pequeña plaza. Un mosaico recuerda que allí Bergoglio «corría tras la pelota con sus amigos en las tardes de juegos, encuentros y amistad».
Daniel Ruiz, un lugareño, lleva una ofrenda que destaca entre las demás: un sombrero con la insignia de San Lorenzo de Almagro, el club de los amores del papa Francisco y, curiosamente, fundado por un sacerdote.
El estadio del azulgrana -o ‘el Santo’, como también llaman al club- está, precisamente, en el Bajo Flores, un sector del barrio en el que Bergoglio fue nombrado Vicario Episcopal en 1992.
«Es alguien muy cercano a nosotros porque es del barrio y, además, de la familia de San Lorenzo. El legado que él deja es de empatía, solidaridad, amor y unión. Lo conocí personalmente, venía a las iglesias más pobres del barrio», recuerda Daniel en diálogo con EFE.
Bergoglio, uno más en Flores
Estas calles, donde aún se conserva esa mística cotidiana de la buena vecindad, son la memoria viva de un Bergoglio sencillo y cercano, que, una vez abrazado el ministerio sacerdotal, siempre volvía al terruño para estar entre los suyos, como uno más.
«Todos los días paso por aquí con el perro y me acuerdo del papa. Bergoglio era nuestro, llevado al mundo. Se fue con un dolor enorme porque no pudo venir a Argentina y es una pena. Tan cerca y tan lejos», afirma a EFE Eduardo, quien cree que el papa, tras ser electo sumo pontífice en 2013, nunca regresó a su tierra natal por las divisiones políticas en Argentina.
Para Carlos Marcarian, Flores despide al papa con el «orgullo de que un personaje tan reconocido internacionalmente» nació en este barrio.
Una de las primeras misas de este lunes -de la octava de Pascua- que se han celebrado en Buenos Aires por Francisco ha sido en la iglesia de San José de Flores, donde Jorge Mario, con casi 17 años, sintió el llamado al sacerdocio el 21 de septiembre de 1953.
Aquel día, iba a festejar con sus amigos el Día del Estudiante y de la Primavera, pero sintió la necesidad de pasar primero por la iglesia para confesarse y allí recibió la gracia de la vocación.
El padre José Luis Carbajal, quien presidió este lunes la primera misa, resalta la personalidad de Bergoglio, su «disponibilidad y austeridad», su cercanía con los más pobres y a los que a todos hacía sentir «amados y valiosos».
«Él hizo que me acercara a la Iglesia porque lo vi como un papa de carne y hueso, que supo llegar a la gente, sin tanto protocolo, con humildad y sencillez», dice a EFE Valeria Montone, quien se acercó a la iglesia para rezar por Francisco.
Bergoglio siguió asistiendo a la basílica de Flores como arzobispo de Buenos Aires (1998-2013), en particular para presidir las fiestas patronales.
El papa era un gran devoto de San José y eligió iniciar su pontificado un 19 de marzo, día del santo patrono de la Iglesia católica -y de Flores-. Y tenía en la residencia vaticana de Santa Marta una imagen del santo, dormido.
Así también se fue este lunes Francisco, el ‘papa de Flores’. JS