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El cardenal de Panamá advierte ante las «quinielas»: al papa lo elegirá el Espíritu Santo

Ciudad de Panamá – El cardenal de Panamá José Luis Lacunza, que aunque viajará al Vaticano por los actos relacionados con la muerte del papa Francisco no participará en la elección de su sucesor al tener más de 80 años, advirtió ante las «quinielas» sobre el futuro sumo pontífice que éste será elegido por el Espíritu Santo.

«Solo lo sabe el Espíritu Santo. Seguramente que van a empezar a aparecer ahora comentarios, quinielas, chismes, pero el Espíritu es el que decide», afirmó el cardenal Lacunza al canal panameño TVN, tras ser preguntado si podría haber un nuevo papa latinoamericano.

El cardenal, que se mostró «impactado y todavía tratando de asimilar» la noticia de la muerte del papa, a pesar de que no fue algo «sorpresivo» tras «dos meses en una lucha continua con el apoyo de los médicos, tratando de salir adelante», explicó que tiene ahora que organizar su viaje para «estar en el funeral y en los primeros momentos de la reunión de cardenales», ya que en el cónclave participan los «menores de 80 años».

«Yo ya no puedo asistir al cónclave. Al cumplir los 80 años los cardenales ya no entramos al cónclave. Pero sí participar en las reuniones previas, así que tengo que ver ahora cual va a ser la agenda. Según establecen las normas, el cónclave debe ser programado e instalado tres semanas después del fallecimiento del papa, así que ahora vendrán los ritos propios del funeral y la exposición al pueblo para que el pueblo pueda despedirse, después el funeral, y después comenzarán ya las reuniones generales de los cardenales previas al cónclave», detalló.

Agustino recoleto, Lacunza nació en Pamplona (norte de España) el 24 de febrero de 1944, aunque ha vivido la mayor parte de su vida como religioso en Panamá, y fue nombrado cardenal el 14 de febrero de 2015 por el propio papa Francisco.

Francisco realizó en enero de 2019 un viaje apostólico de cinco días a Panamá para participar en una multitudinaria Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), con la presencia en la misa de despedida de más de 700.000 personas, en la que el papa reivindicó el poder de los jóvenes como agentes de cambio.

Esa fue la primera vez que la JMJ, uno de los principales eventos de la Iglesia, se celebraba en Centroamérica, una región que solo había sido visitada por el papa Juan Pablo II, que estuvo entre otros países en Panamá en 1983.

«La visita del papa Francisco creo que fue muy significativa porque nos mostró lo que hemos visto en otros lugares y hemos experimentado al verlo celebrar, al verlo predicar (…) esa sencillez, esa cercanía, ese gusto, se le veía que gozaba estando con la gente, acercándose a los pobres, a los encarcelados. Me tocó acompañarlo muy de cerca (…) Se le veía ese deseo de estar lo más cerca posible de la gente, aún rompiendo protocolos, la prioridad para él era mostrar la cercanía del Evangelio a todos los hombres», rememoró el cardenal.

También afirmó que el papa Francisco enseñó «a vivir el Evangelio sin glosas, sin arandelas, sin comentarios, así en su pureza, de ahí esa cercanía y esa apertura a todos».

«Como él decía, ‘todos, todos, todos, caben en la Iglesia’, ¿por qué? Porque nuestro Dios es un Dios de misericordia (…) y él tiene los brazos abiertos para todos, y eso es lo que tiene que ser la Iglesia. Porque el Evangelio, Jesús, fue eso. El hombre Dios que vino a dar la vida por todos, sin exclusión. Ojalá sepamos entenderlo así, y podamos seguir ese legado que nos deja el papa Francisco: una Iglesia abierta hacia fuera y hacia adentro», concluyó. JS

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