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Las alfombras, el arte que evoca la fe de los hondureños

Tegucigalpa – Corría el año de 1963 cuando en Honduras se elaboró la primera alfombra de aserrín, hoy 62 años después este fugaz arte sigue evocando la fe católica en el país centroamericano.

Según los registros históricos, la primera alfombra de aserrín en el país se elaboró en 1963 en Comayagua, por iniciativa de Miriam Mejía de Zapata, una salvadoreña que creó una alfombra frente a la Catedral de la Inmaculada Concepción para celebrar el nombramiento del obispo Bernardino Mazarella.

La acción de elaborar alfombras hoy es abrazada por decenas de familias que con dedicación dan vida a obras de arte que solo perduran por pocas horas.

Las calles de las principales ciudades del país se pintan de colores este Viernes Santo para dar paso a la tradición de la elaboración de alfombras de aserrín, mismas que tienen como objetivo servir de pasarela para la procesión del Santo Entierro.

Historia

Desde la década de los 60´, la elaboración de alfombras de aserrín se consolidó como una tradición en Comayagua y se extendió a otras ciudades.

Hoy es un atractivo turístico que reúne a miles de personas en sus alrededores.

La elaboración es un esfuerzo comunitario que involucra a familias, grupos parroquiales, jóvenes, niños y voluntarios.

La elaboración de una alfombra de tan solo unos metros puede conllevar un esfuerzo de 24 horas en algunos casos.

Si bien está arraigada tradición de Semana Santa en Honduras nació en la zona central del país (Comayagua), se ha extendido a otras ciudades e incluso lugares turísticos como el Parque Juan Laínez y el municipio de Santa Lucía replican su elaboración a menor escala.

Arduo trabajo

En Tegucigalpa, toda la avenida Cristóbal Colón luce multicolor a causa de las alfombras de aserrín.

Javier Portillo gerente de turismo de la Alcaldía Municipal del Distrito Central informó que en total 600 metros son cubiertos por las alfombras.

Este trabajo inició desde hace tres meses, aunque su etapa final es plasmar el arte en las calles y ese proceso dura 24 horas, explicó el funcionario.

En total unas 500 personas, entre personal de la alcaldía, artistas y feligreses dieron vida a las distintas alfombras este año en la capital del país.

Desde muchas semanas con anticipación se recolecta el aserrín de aserraderos locales, que se cierne para eliminar impurezas y se tiñe con colorantes naturales o artificiales.

Posteriormente se procede a elaborar diseños y plantillas, para finalmente en tan solo una noche plasmar el efímero arte que solo dura unas horas, en el caso de la capital a las ocho de la noche de este Viernes Santos comienza su limpieza.

 Comayagua, capital del turismo religioso

La ciudad de Comayagua es conocida como la capital del turismo religioso del país y mucho se debe a la elaboración de alfombras de aserrín.

Las alfombras de aserrín en Comayagua son uno de los principales atractivos turísticos durante la Semana Santa, consolidando a esta ciudad colonial como la «Capital del Turismo Religioso de Honduras», señaló el alcalde de Comayagua, Carlos Miranda.

Comayagua es la cuna de esta tradición en Honduras y uno de los destinos más reconocidos. Sus alfombras son famosas por su colorido y detalle, atrayendo a miles de turistas nacionales e internacionales a esta ciudad colonial cada año.

Este año unas 60 alfombras adornan las calles del centro histórico de Comayagua.

Aunque también se plasmaron durante la noche del Jueves Santos, su elaboración inició desde semanas atrás, indicó el edil.

Evocación de fe

Las alfombras son una expresión de fe católica, creadas para honrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Se dice que tienen un carácter efímero, ya que son pisadas durante las ceremonias y luego destruidas.

Las alfombras cubren cientos de metros lineales de calle, pero se trata de obras de artes individuales que se unen.

Las obras de arte representan diferentes escenas religiosas, la mayoría memorativas a la Pasión de Cristo.

Sin embargo, en algunos casos se puede tratar de hasta arte abstracto, pero con sentido religioso.

En cualquier de los casos estas obras de arte efímero evocan la fe en Honduras. (RO)

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