Tegucigalpa- Los índices y percepciones sobre gobernabilidad reflejan un estancamiento preocupante en Honduras, planteó el director de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Carlos Hernández, quien en su análisis añadió que hay preocupación por la falta de avances en la lucha contra la corrupción.
En sus declaraciones, Hernández destacó que el Congreso Nacional continúa siendo un centro de opacidad y manipulación. «El Congreso nos ha dado cátedras de cómo usar discursos populistas para ganar adeptos y luego obtener un curul», expresó. Como ejemplo, mencionó al actual presidente del Legislativo, Luis Redondo, quien, según él, utilizó la lucha contra la corrupción como plataforma para llegar al poder, pero no ha cumplido con las expectativas.
«En su momento, esperábamos que su liderazgo trayectoria reglas claras sobre el manejo de subvenciones, pero la realidad es que ahora esos subsidios son usados con discrecionalidad y multas políticas, algo que incluso publican con cinismo en redes sociales», afirmó Hernández.
El activista también denunció que el Congreso sigue siendo el poder del Estado con mayor opacidad, pues maneja la agenda legislativa de manera discrecional y oculta, convirtiéndola en un «mecanismo de negociación y, a veces, de extorsión». Además, señaló que las reformas para democratizar ese poder han sido deliberadamente ignoradas.
En cuanto al Poder Judicial, Hernández calificó la situación como «estructuralmente corrupta». Criticó que la presidenta de la Corte Suprema de Justicia mantiene el control absoluto del presupuesto y los recursos humanos, en contravención de las normas que exigen mayor transparencia y reformas internas.
«El índice de percepción de corrupción, construido a partir de 19 fuentes, revela que Honduras es uno de los países con mayores niveles de soborno en el Poder Judicial a nivel de América Latina», indicó.
Finalmente, apuntó al Ejecutivo, señalando que los sobornos siguen siendo una práctica común en diversas instituciones.
Hernández concluyó su análisis con una reflexión contundente: No han mostrado voluntad para combatir la corrupción. Es un mal estructural que requiere cambios profundos y compromiso real de todas las instituciones del Estado.LB