Tegucigalpa – El golpe en la cabeza que sufrió el viernes el entrenador de la selección de México, Javier Aguirre, al finalizar el juego contra Honduras en el Estadio Francisco Morazán de San Pedro Sula, puso en entredicho la seguridad del escenario deportivo.
Aguirre resultó herido en la cabeza con una lata que le lanzó desde las gradas un fanático, que no ha sido identificado, pese a la presencia de un numeroso grupo de policías provistos con escudos antidisturbios y con la vista hacia los aficionados, que estaban a cargo de la seguridad dentro del estadio, más otros que lo hacían afuera desde muchas horas antes del juego que los hondureños ganaron 2-0.
El partido entre Honduras y México se comenzó a calentar días antes, con declaraciones de amos bandos.
Durante el partido del viernes, Aguirre, ante los abucheos hacia él y algunos jugadores del Tri, también jugó a lo suyo y mostró el dedo medio de sus manos al público en las gradas.
Quizá por eso, Aguirre le restó importancia a la agresión sufrida en el momento que se acercaba a saludar al colombiano Reinaldo Rueda, el técnico de Honduras tras la derrota sufrida ante los centroamericanos.
«Es fútbol», dijo sobre el golpe recibido, mientras que del juego enfatizó que «fue limpio, fue aguerrido, merecieron ganar ellos, no me queda más que felicitarlos, no sé de quejarme, es fútbol, un partido más, insisto, hay que reponernos», expresó el timonel de la selección mexicana.
La agresión a Aguirre empañó el triunfo de Honduras ante México y puso sobre el tapete la seguridad del Estadio Francisco Morazán, en el que hace 28 años los catrachos vencieron por primera vez en casa al Tri, también por 2-0, y que fue remodelado hace poco.
En el pasado reciente se han producido disturbios en el mismo escenario provocados por centenares de aficionados que, tras romper cercas de alambre y candados en las gradas, invadieron la cancha para protagonizar batallas campales entre seguidores de equipos del fútbol local.
La Federación de Fútbol de Honduras (FFH) se pronunciará este mismo sábado sobre la agresión a Aguirre, dijo escuetamente a EFE su portavoz, Edwin Banegas.
Antes del partido, la FFH recomendó a los aficionados en redes sociales que no debían ingresar con «latas y botellas; astas, sombrillas, palos, cigarrillos, armas blancas o de fuego, pancartas políticas y religiosas».
Pero, al parecer, las bebidas en latas eran vendidas dentro del estadio, pese a que desde hace varios años se emitió una resolución de que solo se podían servir en vasos desechables que no representen ninguna amenaza para nadie.
El juego de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Naciones de la Concacaf se disputará el día 19 en Toluca, centro de México. EFE