Por: Luis Cosenza Jiménez
Como comentaba en mi último artículo, el pasado 15 de julio el Directorio del FMI aprobó un programa tipo precautorio para Honduras. En ese programa el gobierno ha asumido compromisos para atender varios problemas de nuestro país, incluyendo los referentes a la política cambiaria, al Banco Central de Honduras, BCH, a BANADESA y a BANHPROVI. Algunos compromisos son interesantes y tendrán importantes repercusiones en nuestras vidas. Permítanme comenzar con lo pactado sobre el BCH, para luego tocar los otros temas.
En el párrafo 40 de la página 18 del informe del Fondo se dice que nuestras autoridades presentarán a consideración del FMI, a más tardar en diciembre de 2019, un proyecto para una nueva ley para el BCH. El propósito de esta nueva ley será salvaguardar la autonomía operacional del Banco y además incrementar la transparencia y la rendición de cuentas (estableciendo explícitamente que el mandato del BCH es asegurar la estabilidad de los precios), así como la adopción de normas internacionales para los informes que publica y la implantación de un sólido gobierno corporativo.
Leyendo entre líneas, lo que yo entiendo es que la nueva Ley establecerá requisitos mínimos para optar a la Presidencia del BCH o a integrar su directorio. Habrá que ver que mecanismo seleccionan para esto, pero todo parece indicar que estaremos llegando al final de los nombramientos de personas emparentadas con políticos influyentes y carentes de conocimiento o experiencia para desempeñar el cargo que se les confía.
Por otro lado, es importante notar que explícitamente se definirá la lucha contra la inflación como la tarea fundamental del BCH. Es decir, la estabilidad de precios primará sobre cualquier otro propósito, ya sea este propiciar el crecimiento económico o el empleo. El BCH se convertirá en el guardián de la estabilidad de los precios, y se busca blindarlo a fin de evitar que los políticos obliguen al Banco a adoptar medidas que atentan contra la estabilidad de los precios. Para entender mejor la situación, basta con ver la tensa relación entre el Presidente Trump y quienes dirigen la Reserva Federal en Estados Unidos. Mientras la Reserva Federal se enfoca en la estabilidad de los precios, el Presidente piensa que deberían reducir las tasas de interés para propiciar el crecimiento.
Por otro lado, el párrafo 41 de la página 19 nos dice que las autoridades seguirán por el camino de una transición a un régimen cambiario más flexible. Señala que se ha reducido en un 30% la obligación de entregar al BCH los dólares captados por el sistema financiero nacional y que las autoridades están comprometidas a gradualmente eliminar totalmente la obligación de entregar al BCH los dólares que capta la banca comercial.
A este fin las autoridades presentarán al Fondo una propuesta para la flexibilización en diciembre 2019 Es pertinente señalar que, según el informe, esto protegerá a nuestra economía de las tormentas que puedan darse en el ámbito internacional. De cualquier manera, todo indica que vamos hacia un sistema cambiario más flexible, basado en la oferta y demanda del dólar. Es justo mencionar que estamos viviendo un buen momento para intentar la flexibilización, ya que gracias a las remesas que envían nuestros compatriotas desde Estados Unidos y España, hemos logrado acumular reservas (dólares) hasta por un monto equivalente a un poco más del valor de nuestras importaciones de cinco meses. Hay, por tanto, un amplio colchón para intentar la flexibilización.
En cuanto a BANADESA, en el párrafo 46 de la página 20 el informe nos dice que su índice de adecuación de capital es negativo y que el 70% de su cartera está en mora. Si bien BANADESA es un desastre, no constituye un riesgo sistémico para el sector financiero. No obstante, en enero de 2019 la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, CNBS, ordenó la intervención de su administración y operaciones a fin de proteger a sus depositantes.
Las autoridades se han comprometido a que, a más tardar en septiembre de 2019, la CNBS presentará un informe al Congreso Nacional, el cual incluirá una propuesta para resolver la situación financiera de BANADESA. No obstante, tratándose del FMI, es difícil pensar que bastará con presentar medidas cosméticas que simplemente repiten los errores del pasado.
En lo referente a BANHPROVI, el párrafo 37 de la página 18, nos dice que no habrá nuevo financiamiento para BANHPROVI, excepto por aquel autorizado en el fideicomiso creado en 2008.
Esos son los compromisos asumidos por nuestras autoridades en cuanto al BCH y los dos bancos estatales, BANADESA y BANHPROVI. Lamentablemente, a mi juicio, el informe no contempla medidas a tomar para proteger a la CNBS de la interferencia política, para lo cual, al igual que en el BCH, habría que asegurar que los integrantes de la Comisión, comenzando con los Comisionados, sean seleccionados por sus méritos profesionales y por su experiencia y conocimiento de la regulación bancaria.
Sin esto, es muy difícil contar con una CNBS respetada, fuerte y capaz de regular efectivamente el sector financiero. Afortunadamente, en el sector financiero la regulación es impulsada desde el exterior por los países desarrollados, y el resto del mundo no tiene más alternativa que seguir los pasos que marca el mundo desarrollado. De otra forma, la banca nacional se vería aislada del resto del mundo y no podría operar.
No obstante, una CNBS débil y dirigida por personas sin experiencia y conocimientos tendrá muchas dificultades para lograr que la banca nacional en efecto cumpla con las normas dictadas desde el exterior. A mi juicio, en un futuro programa con el Fondo habrá que incluir la adopción de un procedimiento para evitar el nombramiento de Comisionados por razones políticas y asegurar la implantación de la meritocracia en la CNBS.
El informe contiene otras importantes medidas sobre la administración de impuestos, la mejoría del clima de negocios, el fomento de la transparencia fiscal, y varios temas más.
Es un documento que merece ser ampliamente analizado y discutido. Uno esperaría que el Colegio de Economistas, las universidades y algunas ONGs lo estudiaran en detalle y compartieran sus observaciones con nosotros. Lamentablemente muchas veces parece que estamos más inclinados a debatir partiendo de nuestras ideologías y prejuicios, en lugar de partir del análisis y la reflexión.