Barcelona – Tras pasar por Alemania, Italia e Inglaterra, el escritor chileno Benjamín Labatut recala estos días en España para presentar su nuevo título, «MANIAC», un tríptico sobre los límites del pensamiento y los delirios de la razón, con personajes como el físico Paul Ehrenfest o el matemático húngaro John von Neumann.
Acompañado por la editora de Anagrama, Silvia Sesé, Labatut, considerado una de las voces más originales de la literatura contemporánea, ha señalado que ha construido el libro como un rito, que empieza con un sacrificio, que puede verse como algo que ocurre porque «el nacimiento de lo nuevo implica el sacrificio de lo anterior».
«Yo creo -ha señalado- que la ciencia es lo que nos ha sacado de las cavernas y ahora lo que trato de decir en el libro es que debemos estar siempre volviendo a ellas, porque está bien vivir en el mundo de la luz, de la razón, de la tecnología, pero si no sabemos volver una y otra vez a lo hondo, si no nos arropamos a esa oscuridad, nos perdemos la mitad del fenómeno humano».
Entiende el autor de «Después de la luz», nacido en Rotterdam (Países Bajos) en 1980, que «sin esa mitad que es oscura, que es inconsciente, sin ese lugar donde el ser humano tiene frío, tiene miedo y no ve, está entregado a las potencias de su imaginación, está en presencia de cosas que lo exceden y que lo habitan, no sobrevivimos».
Por ello, cree que la literatura es «una forma de espeleología, que es el deporte más peligroso que existe, es esa capacidad para ver el interior de la caverna».
Sus libros, ha insistido, no son denuncias, sino que trata de mostrar «la irradiación de esa luz, que es peligrosa, tóxica. Hoy todo está demasiado iluminado y se pierden los matices, lo que requiere de humedad y tierra para crecer. Hoy está todo quemado, hay como una desertización del alma humana a manos de la ciencia».
La gente, ha continuado, vive con la «ilusión de lo que comprendemos y cuando el ser humano comprende algo, cuando algo deja de ser misterioso, puede ser utilizado para cualquier fin».
Además, tampoco ha rehuido que, aunque los científicos estén «absolutamente enamorados del misterio del mundo», el problema «es cuando de la ciencia se pasa a la técnica y de la técnica al mercado, donde solo hay focos iluminando, lo que es peligroso».
Paul Ehrenfest, John von Neumann, Lee Sedol
Sobre el personaje de Paul Ehrenfest, que protagoniza la primera parte del libro, ha recordado que era considerado el Sócrates de la física, amigo íntimo de Einstein, que acabó con la vida de su propio hijo antes de suicidarse, al estar convencido de que el alma de la ciencia había sido corrompida por el mismo mal que impulsaba el nazismo.
La parte principal de la obra la dedica al húngaro Von Neumann, al que ha calificado como el «ser humano más inteligente del siglo XX, literalmente un computador, antes de que existieran las computadoras, alguien que alteró todas las áreas de la ciencia moderna, un genio entre genios, una singularidad hecha persona».
La última parte tiene a Lee Sedol, gran maestro de Go, desafiando a la inteligencia artificial AlphaGo, con un narrador que «es seco, que habla de hechos, como si no pudiera entrar muy dentro de la realidad, es como si fuera la misma inteligencia artificial contando su propia historia».
Piensa Labatut que en un futuro cercano la gente va a empezar a «endiosar estos sistemas, a dotarlos de atributos que no tienen, y, al mismo tiempo, va a haber una condena fundamentalista de decir ‘no nos ponemos de rodillas frente a estos diosos nuevos'».
Las personas razonables, sabias «van a tener que saber cuándo optar por una de estas dos actitudes. Hay una parte nuestra que vamos a tener que entregar y otra que va a tener que resistir».
Es por ello, ha continuado, que «pongo énfasis en esto, porque creo que es un aspecto de lo humano, porque creo que no tenemos otras maneras de interactuar con lo invisible que a través de metáforas mentales y es en lo invisible donde ocurre todo lo más importante». EFE