El arte infantil visto desde perspectivas de la expresión se podría definir como un estado de lo imaginario, como una estructura estratégica en la producción y reproducción de imágenes.
A partir de esto se podría plantear el siguiente cuestionamiento: ¿los niños desarrollan un pensamiento a través del arte? El arte es importante en la educación infantil porque ayuda al niño y niña a desarrollar su creatividad y su capacidad de expresión, a comprender mejor el mundo que les rodea y desarrollar habilidades como la observación, la interpretación y la resolución de problemas.
Les presento el caso de Ana, una niña de 6 años que no solía prestar atención en clases, pero en la clase de dibujo se concentraba mucho en su tarea y la maestra le preguntó qué dibujaba, la niña respondió “Estoy dibujando a Dios”, y la maestra contestó “Pero nadie sabe cómo es Dios” y la niña sorprendió a todos diciendo “Lo van a saber en un minuto”. Esta anécdota demuestra que la creatividad en los niños y niñas es innata y no tiene límites, por ello, es fundamental reconocer la importancia de la capacidad creadora en la primera infancia dentro del mundo de lo pictórico, tal como en su momento el artista Vasili Kandinsky, reconoció la importancia de la producción artística de los niños y niñas.
El estudio de la actitud en sus distintas etapas (cuando dibuja, pinta, pega o modela) permite entender cómo percibe lo que está exteriorizando y cómo el guía la diferenciación de cada actividad. Su cuerpo, como vehículo de su mente y de sus emociones, deja ver un proceso de memoria visual: el niño está en constante juego con los matices o la textura de un color, transpone formas o manipula volúmenes en el espacio de forma inconsciente y no muy premeditada.
Las escuelas pasan por momentos difíciles ya que sufren una presión enorme en el desarrollo de habilidades y competencias sobre un determinado saber. Estos elementos represivos de la escuela cohíben tanto al niño como al maestro en la posibilidad de imaginar, reinventar y crear, así como en generar soluciones prácticas y derrumbar ideologías institucionales de los sistemas educativos actuales.
Pintar significa proponerles a los niños una experiencia donde jugarán a crear sus propios colores. Desde la mancha, el niño descubrirá en su juego de crear una materialización de su universo. Se sentirá atraído por los elementos para pegar; centrar su atención en la descomposición y composición de los figurines que construirán.
Es por esto que el niño y niña hacen del arte una sorpresa y la comparte estas emociones directo con el público. Finalmente, la conciencia que tienen el niño y la niña de la transformación de su arte vuelve a su hacer algo más que actividades manuales, son comportamientos creativos que además de transformar un elemento cuantas veces se desee, permiten recrear o dar vida a una concepción mental de lo bello. El desarrollo de la creatividad en los niños y niñas, ayuda, entre otras cosas, a que se conviertan en adultos con más herramientas para crecer, sentirse bien y ser felices.