Rabat– La Ducasse de Ath, una procesión folclórica medieval de la región belga de Valonia, fue retirada este viernes de la lista de patrimonio inmaterial de la humanidad de la Unesco por contener un elemento racista y discriminatorio, «el Salvaje», un personaje negro encadenado.
La decisión la tomó por unanimidad el XVII Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, reunido hasta este sábado en Rabat, al entender que ese personaje contradice los principios fundadores de la organización y la «exigencia de mutuo respeto» de su convención.
Esta festividad de «Gigantes y dragones procesionales de Bélgica y de Francia» fue inscrita en 2008 en la lista y en su última edición, celebrada el pasado agosto, se retiraron las cadenas y el aro en la nariz del personaje ante las denuncias por racismo.
Esta fiesta carnavalesca tiene seis siglos de tradición y su centro de atención son los gigantes de hasta 9 metros de alto que representan «a héroes o animales míticos, personalidades locales contemporáneas, personajes históricos, bíblicos o legendarios».
El comité de la Unesco reunido en Rabat ha inscrito en su lista de patrimonio vivo a lo largo de esta semana a 47 elementos presentados por 60 países, informa la organización en un comunicado.
Se trata de cuatro que requieren medidas urgentes de salvaguardia -entre ellos un plato ucraniano- y otros 39 como el toque manual de campanas español, la «baguette» francesa o el «rai» argelino. También ha incluido cuatro proyectos -entre ellos un luso-gallego- en el registro de buenas prácticas.
Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, recordó que «este patrimonio vivo desempeña un papel esencial para acercar a los pueblos y hacer prosperar la paz en las mentes de los hombres».
Un tercio de las nuevas inscripciones se refiere a prácticas relacionadas con la protección del medio ambiente. Se trata a menudo de técnicas ancestrales de agricultura que buscan un uso sostenible de los recursos, así como rituales y acontecimientos festivos que celebran la naturaleza.
Estos elementos, destaca la Unesco, recuerdan que los saberes ancestrales también son determinantes para responder a nuevos desafíos de este siglo, tales como el cambio climático. LB
