Tegucigalpa – Mientras la palabra soberanía está en el lenguaje oficial, relaciones soberanas, peajes soberanos, entre otros, el tratado de límites marítimos con Nicaragua que le garantiza a Honduras su ansiada salida soberana al Océano Pacífico cumplió un año, sin que el Congreso Nacional lo ratifique, dando la sensación de que el país renuncia a su derecho de tener su propia salida en dicho territorio marítimo.
–Congreso no ratifica tratado con Nicaragua, lo que aleja salida soberana al Pacífico
El tratado fue suscrito el 27 de octubre del 2021 en Managua entre el entonces presidente hondureño Juan Orlando Hernández y el mandatario nicaragüense Daniel Ortega y en el mismo se establecieron los límites marítimos entre las dos naciones tanto en el Caribe como en el Golfo de Fonseca.
Con ello Honduras rompió el bloque que durante más de un siglo mantuvieron El Salvador y Nicaragua, el cual consistía en negar que los hondureños eran una nación del Pacífico y por lo tanto, la mantenían replegada como una nación ribereña del Golfo de Fonseca.
Con el tratado suscrito Nicaragua le reconoció a Honduras el espacio marítimo soberano de 3.168 millas náuticas como su derecho a salir de forma soberana hacia el Pacífico, con aguas territoriales, zona contigua y la zona económica exclusiva proyectando mar adentro en el Océano Pacífico.
Nicaragua lo ratificó
Tras la firma del Tratado Integracionista del Bicentenario, tal es el nombre oficial del acuerdo de límites, entre los presidentes, para que entrara en vigencia el mismo los poderes legislativos de cada nación deberían ratificarlo y después los gobiernos hacer el depósito de los mismos ante la Secretaría de las Naciones Unidas para que tenga la naturaleza de tratado internacional y con ello entre en vigencia y sea parte del derecho público internacional.
Dos días después de su firma, la Asamblea Nacional (parlamento) de Nicaragua ratificó el tratado con amplia mayoría y durante su discusión las autoridades de dicho país confirmaron que el mismo beneficiaba a las dos partes.
En Honduras, como se encontraba la parte final de las elecciones generales del 2021, el mismo no se discutió.
Por ser tratado internacional se requería la mayoría de 86 votos y para ello se necesitaba el concurso de las bancadas mayoritarias de los partidos Nacional, Libre y Liberal.
Una vez pasadas las elecciones, ganadas por la ahora presidenta Xiomara Castro de Libre, se esperó que el tratado fuese aprobado, pero la falta del apoyo necesario lo diluyó.
Han pasado nueve meses del actual Congreso Nacional y hasta el momento el tema está en el más oscuro silencio en la agenda legislativa, sin que ningún directivo del Poder Legislativo y de su Comisión de Relaciones Exteriores planteé concretamente que el tratado será objeto de ratificación. En someras declaraciones a los medios de prensa, el jefe de Legislativo, Luis Redondo, dijo recientemente que el tema es objeto del análisis de rigor pero, en concreto, no detalló cundo se llevará a la Cámara para que se dé el paso definitivo que respalda la soberanía hondureña al Pacífico.
El Salvador, el único beneficiado
Para que Honduras resuelva sus problemas de límites y la totalidad de su plena salida soberana al Océano Pacífico, debe negociar con El Salvador un instrumento similar al de Nicaragua y que le garantice el otro 3.168 de millas náuticas para hacer un total de 6.4 millas náuticas como sus aguas soberanas y con ello su navegación libre de sus embarcaciones a las aguas del Pacífico.
En las negociaciones del Tratado Integracionista del Bicentenario, El Salvador no se hizo presente y ha rehusado acatar las disposiciones del fallo de la Corte Internacional de Justicia de 1992 que delimitó la frontera terrestre, insular y marítima con Honduras y el cual le garantiza al país su salida al Pacífico.
Bukele, por medio de la Cancillería de su país, rechazó el tratado de límites entre Honduras y Nicaragua.
La administración del presidente salvadoreño Nayib Bukele congeló las relaciones con la administración del entonces presidente Hernández, así como con Ortega de Nicaragua. Pero con la administración de Castro parece contar con mejores vínculos.
La administración Bukele, como los demás mandatarios salvadoreños, mantienen la posición de que la isla Conejo en el Golfo de Fonseca es de soberanía salvadoreña.
De hecho la posición de Bukele sobre isla Conejo data desde antes de asumir la Presidencia de El Salvador, desde que fue alcalde de Nuevo Cuscatlán criticó las administraciones anteriores por querer llevar la controversia de la isla a tribunales internacionales, señalando que Honduras posee mejor equipo jurídico, expertos en archivos y otros.
