Londres.– La residencia en Londres del príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II, recibió este miércoles una carta exigiendo justicia remitida por grupos de indígenas kenianos cuyas tierras ancestrales fueron robadas por fuerzas imperiales británicas.
Según divulga hoy la web británica Declassified UK, en la misiva, el grupo africano hace un llamamiento a la familia real británica para que se disculpe y acometa reparaciones, una petición que se produce después de los recientes viajes realizados por miembros de la monarquía británica a islas caribeñas donde hubo algunas protestas relacionadas con el legado de la esclavitud.
El portal británico recuerda que desde 1902, y durante décadas, medio millón de personas procedentes de grupos indígenas Kipsigis y Talai fueron desalojados de manera violenta de la región de Kericho de Kenia.
«Muchos hombres y mujeres fueron violados, detenidos de manera arbitraria y en algunos casos asesinados mientras intentaban resistirse a los desalojos», denuncia en la misiva dirigida al duque de Cambridge Joel Kimutai Bosek, activista que representa a las víctimas.
Los colonizadores extranjeros tomaron las tierras fértiles de esos grupos y las convirtieron en plantaciones de té, algunos de los cuales son ahora propiedad de marcas británicas, como PG Tips.
Las víctimas fueron deportadas a zonas áridas de Kenia, se les impidió regresar a casa y se les mantuvo en condiciones deplorables en «reservas para nativos» en 1952, cuando la reina Isabel ascendió al trono durante un viaje real a Kenia.
El príncipe Guillermo pasó un año sabático en el centro de Kenia en una granja gestionada por los descendientes de colonizadores blancos y en ese país pidió matrimonio a su esposa, Catalina.
El pasado año, seis enviados especiales de la ONU escribieron al Gobierno británico expresando preocupación por «la supuesta falta de reparación proporcionada a las víctimas por las violaciones sufridas en el momento de los acontecimientos; y por el daño sufrido por las víctimas y sus descendientes en las décadas sucesivas como resultado de la pérdida de propiedad».
Las autoridades británicas no respondieron directamente a los detalles específicos del caso de Kericho, sino que argumentaron que habían abordado las quejas mediante un acuerdo con las víctimas de la rebelión de otro grupo indígena, los Mau Mau, ocurrido en otra parte del país.
«Claramente somos víctimas diferentes cuyas tierras fueron tomadas por la fuerza», subraya la nota enviada al príncipe Guillermo.
En la misiva, indican que «la provisión de reparaciones de forma discreta a un grupo de víctimas no aborda nuestras quejas como grupo de víctimas separado y distinto».
(ir)