- Amenaza con estatizar las plantas térmicas que generan el 70 por ciento de electricidad
- También advirtieron estatizar la importación de combustible y tomarse las terminales de almacenamiento
En una sola jornada el gobierno lanzó las dos amenazas contra los vitales sectores de los combustibles y la energía eléctrica, luego de batallar durante sus dos primeros años para encontrar una forma de imponer su visión de política económica estadista.
La gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Rixi Moncada, amenazó directamente con tomar control de las empresas térmicas, ya que a su juicio es la única forma de resolver lo que ella llama la crisis financiera de la compañía estatal.
La gerente Moncada dijo que solo la combinación de aumento de tarifas y «nacionalizar» las empresas térmicas resolverá a largo plazo el problema de la ENEE.
La funcionaria no dijo nada sobre la pésima gestión de la empresa, ya que sus autoridades nunca han podido resolver las pérdidas en la transmisión estimadas hasta en 20 por ciento.
Las térmicas generan el 70 por ciento de la electricidad que consume Honduras y venden la energía a la ENEE que es la encargada de distribuirla a los consumidores y luego cobrar los valores de la misma.
Debido a que las térmicas utilizan bunker para generar electricidad, los costos se han elevado por los altos precios de los combustibles, lo que ha provocado que la ENEE eleve las tarifas a los consumidores.
Lo anterior ha generado malestar en la población que acusa al presidente Zelaya de incumplir sus promesas electorales y en la toma de posesión cuando ofreció no aumentar el costo de la electricidad.
En sus primeros dos años el gobierno de “Mel” Zelaya sacó la billetera del cofre nacional y pagó subsidios a fin de mantener los precios bajos, pero ahora no puede seguir manteniendo precios artificiales y ha debido elevar los precios.
Las críticas recibidas no han podido ser asumidas por la administración y las consideran orquestadas por lo que llaman grupos de poder y por ello amenazan con nacionalizar las plantas térmicas.
Lo anterior es rechazado por los generadores térmicos que lo consideran un mal mensaje a los inversionistas privados.
Combustibles
Pero el gobierno de “Mel” Zelaya no se detiene en la electricidad, sino que a los racionamientos de los combustibles en lugar de buscarle una solución, culpa a las empresas importadoras y las amenazas con sacarlas del mercado y apoderarse de sus instalaciones de almacenamiento.
Honduras padece una severa crisis de abastecimiento de diésel, a lo cual se ha sumado el galón LPG en los últimos días.
Lo anterior ha provocado que sectores como transporte, construcción y otros se ven afectados por las restricciones en el abastecimiento.
Pero el gobierno responde amenazando a las importadoras y les exigió en un comunicado público que de «inmediato se normalice el abastecimiento de combustibles en todo el país» y cumplan con la obligación de tener la reserva de existencias para 15 días.
En ese mismo comunicado el gobierno les amenaza que podría sacar a las compañías del mercado y «procederá a importarlos (los combustibles) directamente, haciendo uso de todas las terminales que operan en el país con el pago del peaje correspondiente».
Asimismo, el gobierno ordenó montar una ofensiva contra las empresas importadoras y para ello ordenó a la Dirección ejecutiva de Ingresos (DEI), Comisión Administradora del Estado (CAP) y la secretaría de Industria y Comercio a que «inicien acciones» como sanciones, inspecciones y auditorias contra las transnacionales.
Las medidas anteriores se toman como antesala de la llegada de los primeros embarques de combustibles procedentes de Venezuela en el marco de la Iniciativa Petrocaribe, que de acuerdo al gobierno erán a finales de mayo e inicios de junio.
En todo caso las dos amenazas de nacionalizar las plantas térmicas y apropiarse de las instalaciones de almacenamiento petroleras se encuentran en la lógica de los tratos con Petrocaribe y el gobierno de Hugo Chávez, el cual se encuentra en una cruzada de nacionalizaciones y estatizaciones de empresas de servicios como fue petróleo, electricidad, telecomunicaciones, siderurgia y otras.
También amenaza con estatizar los centros educativos y centros de salud.